
La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, hizo hoy en Jerusalén un llamamiento a israelíes y palestinos para que se sienten a negociar la paz y expuso la ambiciosa agenda internacional de su país, muy activo en la lucha contra el cambio climático y el fraude fiscal.
«Ecuador es un país de América del Sur con una fuerte agenda internacional», dijo Espinosa en entrevista con Efe tras desgranar el proyecto de cambio que su ministerio trata de impulsar en el mundo, especialmente a través de la presidencia del G77.
En Israel y Palestina, su mensaje es el de la importancia del diálogo para abrir camino a la paz.
Espinosa se reunió hoy con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y le transmitió que «Ecuador es un país que no solo predica la paz y el diálogo sino que los practica».
«Nuestra Constitución establece que debemos tener relaciones amistosas con todos los países y encontrar puntos de encuentro de mutuo beneficio» recordó Espinosa, quien un llamamiento «a la paz, a la reconciliación y al diálogo».
«Ese es el gran mensaje que hemos traído y realmente esperamos por el bien de la humanidad, por el bien del pueblo israelí y el pueblo palestino, que exista nuevamente el espacio para poder sentarse y avanzar en el proceso de diálogo para lograr la paz», agregó.
La ministra también habló, en un encuentro posterior, con el ministro israelí de Ciencia, Tecnología y Espacio, Ofir Akunis, para ampliar la cooperación científica, especialmente en las tecnologías vinculadas a una mayor productividad agrícola, el riego, procesamiento de aguas y manejo del saneamiento.
«El propósito de la visita ha sido largamente cumplido. Nuestra idea era fortalecer las relaciones bilaterales con Israel sobre todo en materia comercial, de inversiones y cooperación técnica. Eso son los tres grandes ejes», explicó.
Esta mañana hizo una visita al Museo del Holocausto (Yad Vashem), donde tuvo «la oportunidad de dejar una ofrenda en nombre del pueblo ecuatoriano a ese memorial de tantos millones de vidas que se perdieron».
El viernes iniciará su visita a Palestina, donde se reunirá el domingo con el presidente palestino, Mahmud Abás; el primer ministro, Rami Hamdala, el titular de Exteriores, Riad Al Malki.
«La gran mayoría de países, casi la totalidad, reconocen a Palestina en menor o mayor grado. Creo que los derechos palestinos deben ser garantizados. Abogamos por una solución definitiva y duradera», dijo Espinosa, quien afirmó que Quito, que reconoció a Palestina como Estado en 2010, apoya firmemente la solución de dos estados.
La apertura de una embajada en Ramala es una «señal política importante para Palestina», indicó la ministra, quien agregó la intención de fortalecerla.
Respecto a su agenda en la esfera internacional, hizo hincapié en la lucha contra el fraude fiscal transnacional.
«En el G77 y China, y con el apoyo del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, estamos promoviendo un mecanismo intergubernamental para mejorar la cooperación en materia fiscal, el intercambio de información, para hacer frente a la evasión fiscal y al lavado de dinero. Hay un gran interés de los 134 países», reflexionó.
Espinosa desearía que «los miles de millones de dólares que hay en paraísos fiscales pudieran usarse para cumplir los objetivos de desarrollos sostenible 2030».
«Solo en Ecuador alrededor de 30.000 millones de dólares, un 20% de PIB, están en paraísos fiscales. Si pudiéramos repatriar esos capitales y hacer que generen empleo y riqueza y produzcan, seríamos un país que habría superado la pobreza y exclusión», agregó.
También defendió la «ciudadanía universal», una idea que su país «no solo proclama sino que también practica».
«Somos el país que más refugiados tiene de todo el hemisferio occidental. Hemos dado abrigo y protección a 90.000 colombianos, tenemos 200.000 aplicaciones de refugio y trabajamos con ACNUR muy de la mano. Tenemos una política muy intensa para promover esos derechos en el exterior, en el seno de Naciones Unidas», afirmó.
Ecuador preside un grupo que está negociando una nueva convención de derechos humanos, tratado vinculante, para que las empresas cumplan los instrumentos de derechos humanos, «uno de los vacíos más grandes en derechos humanos» que genera impunidad.
También defendió la «necesidad de poner en la práctica el Acuerdo de París» y de que «los países del sur global, puedan desarrollar mecanismos para reducir emisiones pero también para adaptarse a los embates del cambio climático».
Esto requiere tres condiciones: «La transferencia de tecnología que hasta ahora no se ha visto, sin costos y sin propiedad intelectual para los países del sur; fortalecimiento de capacidades, conocimientos, prácticas, políticas que ayuden a los países a ser más resilientes y enfrentar los fuertes impactos del cambio climático, y la financiación climática».
De los 100.000 millones al año que los países comprometieron en Cancún transferir al sur «solo se han visto 6.000. Hay un gran vacío», lamenta, y recuerda que los países en desarrollo requieren esa financiación «tanto para adaptación como para mitigación». EFE