
Quito, Ecuador
Durante el CORONAVIRUS, expertos en investigación epidemiológica de varios países han aplicado encuestas probabilísticas para el cálculo de modelos de comportamiento con ecuaciones en diferencias y trazar tendencias, curvas exponenciales y estimar la duración de la pandemia. Las variables usadas son los datos de personas susceptibles, infectadas, recuperadas y fallecidas.
Los hogares son las unidades finales de observación en los cuales se selecciona aleatoriamente a las personas clasificadas por género y edad para ser entrevistadas y examinadas. El método probabilístico no admite sustituciones porque los tamaños de muestra se calculan en conocimiento de los posibles casos de no entrevista, con lo cual se garantiza una encuesta suficiente, eficiente y representativa.
En las encuestas epidemiológicas es fundamental considerar como universo de estudio a las 24 provincias del país y aplicación de muestreo probabilístico, aleatorio y estratificado de ciudades grandes, medianas y pequeñas, identificando zonas, sectores, manzanas o viviendas dispersas de áreas urbanas y rurales y la persona a entrevistar y examinar, según el grado de incidencia, prevalencia y condiciones previas de salud. Estas encuestas deben ser continuas, con estudios diarios del proceso de la pandemia. No son encuestas generales, ahora está en juego la vida de las personas y el futuro del país. ¡Son verificables!
Los modelos matemáticos y epidemiológicos producen curvas exponenciales de comportamiento con cambios crecientes, estacionarios o decrecientes, sin alteraciones drásticas de un período a otro, porque al haberlo reflejarían inconsistencias o defectos de las muestras.
En las encuestas del gobierno, alcaldías, universidades y otras instituciones sobre el desenvolvimiento del CORONAVIRUS en el país, se observa falta de consistencia y calidad de los datos, al punto de estructurar tendencias y curvas con cambios que van de 100 a 500, a 1000 y hasta 10.000 o más de un día a otro, los cuales, al ser poco factibles, se convierte en aberraciones estadísticas y matemáticas no aplicables para la medición de las condiciones actuales, inmediatas y futuras de la emergencia sanitaria del país.
Estas encuestas no publican la ficha técnica de rigor y tópicos claves del diseño probabilístico: ¿Dónde, cómo, cuándo se hizo, qué y a quién se entrevistó? ¿Qué universo y marco de muestra se utilizaron, qué modelos epidemiológicos y matemáticos se aplicaron y cuáles son los niveles de confianza y márgenes de error observados? Tampoco se informa sobre los expertos y su experiencia en la materia. Entonces surge la pregunta: ¿Se pueden tomar decisiones sobre el confinamiento o distanciamiento a partir de encuestas cuyos diseños se desconocen? ¿Y los semáforos se fundamentan en estudios y encuestas debidamente elaborados? La duda es la respuesta inmediata. ¿Qué se puede venir? Desde luego, los médicos y el personal de asistencia sanitaria merecen el máximo respeto y admiración por su labor diaria.
Algunas apreciaciones de la población. En la últimas encuestas probabilísticas realizadas por CEDATOS en 1372 hogares de 14 provincias del país entre el 5 y 10 de mayo de 2020, con un nivel de confianza del 95% y margen de error + / – 3%, aplicando el sistema CATI (Computer Assisted Telephone Interviewing), se preguntó varios temas pertinentes a este análisis, con los siguientes resultados:
Cómo ve el futuro del país: va por buen camino, 4%; mal camino, 69%; no responde, 27%.
Cómo se siente respecto del futuro del país: Optimista y esperanzado: 17%; Preocupado, frustrado, incierto: 77%. No responde, 8%.
Confía en la información del gobierno sobre el CORONAVIRUS: SI, 12%; ALGO, 15%; NO CONFÍA, 73%.