Diego Montalvo
Quito, Ecuador
Si bien la conformación de un Estado la hace cada ciudadano con pleno derecho dentro de una República, siempre es importante vigilar, en el buen sentido del término, al Primer Mandatario porque en él recae la imagen cada uno tiene como individuo y sus decisiones o nos hunden a todos o nos sacan a flote. Por esa razón es importante saber a quién elegir. En ese sentido, cabe hacer un balance, incluso antes de que la actual administración cumpla su primer año en el poder.
El Presidente Guillermo Lasso se ha llevado merecidos aplausos, primeramente, por un Plan de Vacunación exitoso, que demostró que es posible hacer bien las cosas sin vacunados V.I.P. ni tampoco con influencers que han buscado saltarse la línea.
Desde esa perspectiva, sin necesidad de corrupción es fácil hacer las cosas y el Presidente lo ha demostrado. En segundo punto, muy mal criticado por una situación carcelaria que incluso fue un regalo heredado por sus antecesores que maquillaron el tema para demostrar falsos culpables. Como periodistas, nuestra labor debió recaer en investigar por qué un maleante está preso y llorar por sus víctimas que poner al criminal en un pedestal. ¿A quién defendemos, a la ley o a quién la transgrede?
Muchos críticos han señalado: que la capacidad de sintonizar con la población (del Presidente) no llega de la nada, que el mandatario tiene que llamar al diálogo porque éste no proviene “por mero instinto” y que se necesita tener en una mesa, distintas voces. No obstante, se sabe que el camino al fracaso es dar gusto a todo el mundo, mientras el gobernante sabe cómo debe gobernar, el resto quedará para políticos o actores que buscan ser “inteligentes” ante caminos que saben, no les llevará a nada.
Si nos conducimos por esa línea, a veces es mejor saber con quién no dialogar que saber con quién dialogar. Es de puro conocimiento público que Leonidas Iza es un pésimo eslabón de conversación por su actitud antidemocrática, más eso no impide que don Guillermo Lasso hable con el sector indígena, ya que creer que Iza “representa a todo el sector” es un error muy craso en el cual muchos han caído.
Desde lo positivo: la ampliación de la reserva marítima de Galápagos, es una deuda medioambiental que el Presidente Lasso está saldando con su nación que, en un discurso, y acciones, verdaderamente a favor de la ecología se busca, también, importar varias toneladas de gas natural —para no quemar el gas licuado de petróleo que es más contaminante— y que ahorrará al Estado cerca de 17 millones de dólares en épocas de alza del petróleo y que incluso abre la puerta a eliminación de subsidios, es lo que un verdadero administrador hace.
Adicionalmente, los parques eólicos prometen dejar atrás hidroeléctricas carísimas que usan recursos no renovables, como el agua, para generar energía.
En el tema económico, la Ley Tributaria, llamada Ley Orgánica de Régimen Tributario Interno, fue otra carta destacable que el Gobierno Nacional se jugó y se aprobó íntegramente por el Ministerio de la Ley a un texto que se dividió en algunas partes (quizá muchos congresistas les daba flojera leer el cuerpo completo). El eje central de dicha ley es la defensa de la dolarización. Los créditos que se entregan por medio de BanEcuador al 1% de interés y a 30 años plazo, responde igualmente al fortalecimiento de emprendimientos, pero ciertos personajes confunden este beneficio con bonos sin darse cuenta que los años donde la plata se regalaba se acabaron.
En el tema social, el veto parcial de la una ley pro aborto que no tiene ni pies ni cabeza, merece loas de pie. Más allá de cualquier pensamiento religioso o moral, la Constitución resuelve que defiende el Derecho a la vida desde la concepción. El Presidente se ha pronunciado que defenderá el pronunciamiento de la Corte Constitucional (que sí nos ha dejado mucho que desear por valerse más de un pensamiento progresista que de temas jurídicos propiamente) pero un demócrata actúa así.
Bajo este balance parcial, a poco de cumplirse un año de gestión del Presidente Lasso, se demuestra que la actual administración ha respondido a un modelo de desarrollo que cuesta entender todavía la magnitud de este plan, porque en América Latina, por desgracia nos hemos acostumbrado al populismo y los discursos dogmáticos de líderes y políticos.
Guillermo Lasso se está alejando de un populismo que destrozó nuestra historia por mínimo diez años. En ese sentido, abiertamente, hago un llamado al periodismo a ya no dejarse de llevar de discursos populistas de sectores sociales que no han hecho absolutamente nada por mejorar nuestra calidad de vida y más bien dediquémonos a defender la democracia que es nuestro principal valor republicano… más para quienes ejercemos esta profesión.
