Guía para el voto: Luisa González

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

La Revolución Ciudadana vuelve a la carga. Esta vez con una mujer como candidato a la Presidencia. Luisa González. La secunda Andrés Arauz, candidato perdedor en las anteriores elecciones. ¿Porqué no insistieron con él?

La paranoia de su líder es la respuesta a esa pregunta.

Correone, el prófugo, necesita súbditos, no figuras que puedan atreverse a gobernar sin su visto bueno.

Las presentaciones públicas de González y su fervor por el prófugo son prueba suficiente.

Continuar con la “construcción“ de la Refinería del Pacífico, cuya estela de sobreprecios y engaños es ya legendaria, o invocar la asesoría económica del “líder“, cuyos fracasos han sido ampliamente demostrados y documentados, demuestra el estado de enajenamiento que caracteriza a los peones de la RC.

Su fortaleza consiste en negar la realidad y substituirla por la creación de falacias para uso y disfrute de sus seguidores incondicionales, que los respaldan por ignorancia, conveniencia, o ambas. Esa minoría bien adoctrinada, hibrido entre el populismo y el socialismo, camufla sus afanes totalitarios bajo palabras altisonantes como soberanía, Patria Grande, etc.

Ya los conocemos.

Pero la realidad es otra. En lo económico, el daño que han hecho al País es incalculable.

Correone optó por el gasto irresponsable para lograr su lucimiento personal, no dudó en tomar por asalto los ahorros de los ecuatorianos y endeudarse innecesariamente para crear un aparente bienestar en un Ecuador cuyo presupuesto está pegado con babas y en que cada baja en los ingresos tiene serias consecuencias para el gasto.

En lo social, avivó el odio y la confrontación entre ecuatorianos para reinar sin ser cuestionado.

Hoy, es imposible lograr que los fans de la RC realicen que el dinero no crece en los árboles y los ingresos del Estado no son inagotables.

Siguen creyendo en las ofertas de sus shamanes, y nada es más difícil que convencerles que son sujetos de un gran engaño.

Esa demagogia los ha convertido en la primera minoría, nada extraño en un País acostumbrado a tragarse ruedas de molino.

La ambición y codicia de sus adversarios, incapaces de unirse para enfrentar al enemigo común, obligan a que en cada elección el ciudadano tenga que buscar al menos malo para que contrarreste a esta marea de sinsentido, que en resumidas cuentas pretende quebrar el status quo para imponer uno nuevo en el que impere la corrupción, la conveniencia, la ley de la argolla y el abuso en su beneficio.

Lo escalofriante es que, luego de tantas pruebas en contrario, tengan una opción ganadora, pero también ratifica que nuestros conocimientos de democracia, economía y civismo están muy por debajo de la media.

La ignorancia y el paternalismo son un terrible dogal para el progreso, y mientras la población siga hipnotizada por los cantos de sirenas en vez de apoyar propuestas serias, seguiremos en desventaja frente al resto del mundo.

No hay que olvidar que todo régimen totalitario, para ocultar su fracaso, restringe la información exterior y mantiene al pueblo pobre e ignorante.

Si ganan, eso nos espera en el largo plazo. Ejemplos sobran.

Por el momento, el indulto del prófugo y su regreso triunfal son las metas a corto plazo de la RC.

De nuestros votos depende impedirlo.

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