Esta vez no vamos dejar que una sonrisa mojigata se nos robe el país

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

Ecuador, país dolarizado desde el primer año del siglo XXI, necesita políticas afines a su tipo de economía y moneda. Daniel Noboa es un joven empresario, hijo de un magnate e influyente político, Álvaro Noboa, quien no ha sido ajeno a la vida pública, se candidatizó cinco veces a la presidencia y perdió todas. En una de las últimas, en 2006, se enfrentó al Movimiento Alianza País en segunda vuelta y dijo una de sus frases más célebres: «Esta es la sonrisa que nos robará a todo un país», mientras señalaba al entonces desconocido Rafael Correa y perdió de nuevo.

Hoy, dieciséis años después, el correísmo se enfrenta de nuevo a un Noboa. Luisa González, es una mujer que se autodescribió como «mojigata» y sus votantes adoptaron el rol que siempre tuvieron: el de borregos sumisos a un líder máximo incuestionable. Daniel Noboa, por su parte, quien las encuestas lo ponían entre quinto o sexto puesto, terminó siendo una sorpresa al ocupar el segundo puesto para ir a una segunda vuelta electoral, luego que el presidente Guillermo Lasso convocara a elecciones anticipadas tras decretar la muerte cruzada.

El binomio de Noboa es Verónica Abad, empresaria de 46 años, quien se describe así misma como «de derecha, una liberal clásica, creyente en Dios, la Biblia, defensora del individuo, de la familia, la vida, propiedad, gobierno limitado, libre empresa y competitividad, amo la libertad y sueño con un Ecuador de orden, de justicia, de paz y verdad, uno libre, republicano y capitalista… ¡Y a mucha honra, carajo!» como lo dijo en sus redes sociales.

El cambio es notorio totalmente. Mientras González quiere sacar dinero de las reservas del Banco Central (que es el dinero del respaldo de los bancos y de los ahorristas) y tomarse esos fondos, Noboa habla de mantener las reservas y fortalecer la dolarización. Sin embargo, se declara «anti nada» y que no confrontará a nadie, pero que se defenderá si lo atacan. Nuevamente, si la dicotomía no es «correísmo-anticorreísmo» sí es dolarización versus desdolarización.

También precisó que, en el escenario de llegar a la Presidencia, buscará fortalecer la colaboración internacional con otras naciones, entre ellas Israel, España y Estados Unidos, para recibir asistencia en diversas áreas. «Vivimos en un Estado de guerra», dijo.

Sobre seguridad añadió que hará barcazas para los criminales peligrosos y que éstos estén en el mar en embarcaciones para evitar conflictos penitenciarios y derrame de sangre en las calles.

El correísmo no ha demorado en atacarlo por su estatus social y el abolengo del candidato, más que por sus ideas —algo nada nuevo—. Pasaríamos de que nos gobierne un banquero a un empresario. El voto joven así lo indica y los números hablan por ellos solos.

Las élites deben gobernar, sin duda alguna. No sólo las económicas sino las intelectuales, siendo ministerios (no menores) el de Educación y el de Cultura.

Sin embargo, Noboa indicó nombres que serían su eventual gabinete: Iván Carmigniani sería su secretario de Comunicación, Iván Wong es su opción para ministro de Agricultura, en la cancillería pondrá a Gabriela Sommerfeld, y Sonsoles García sería su ministra de Producción. A ellos se refirió precisamente como gente que ha confiado en él y en su proyecto, pero manifestó que sobre todo «son personas competentes».

¿Un millenial al poder? Resultaría un nuevo giro en la historia nacional. La influencia de Javier Milei quien también acapara el voto joven en la Argentina es notoria. El asesinato de Fernando Villavicencio sin lugar a dudas truncó su supuesta victoria en una sola vuelta. La prensa internacional y la coyuntura nacional los señaló a ellos abiertamente como los responsables. Y el propio Christian Zurita (reemplazo de Villavicencio) añadió el nombre de cinco legisladores como posibles responsables (entre los que constan Roberto Cuero, del correísmo, y Pablo Muentes del PSC).

El cóctel eufórico de la gente hacia no permitir que el correísmo se tome el país, combinado a voces más «moderadas» —quemeimportistas a la política— pusieron a Noboa de segundo, y eventual favorito para la segunda vuelta.

De ganar el empresario, el correísmo, no tendrá ya una oportunidad electoral nuevamente. Con la llegada abrumadora de CONSTRUYE (lista 25 de Fernando Villavicencio) al populismo le costará hacer su política en el país.

Noboa sabe que al no extraerse el petróleo del ITT, el país sí o sí debe enrumbarse en una política liberal. Las mafias o el país, el salir o hundirnos en una dictadura venezolana, cubana, nicaragüense, norcoreana… ese es el otro punto —la Quaker o la Hierba Luisa—, la problemática nacional desde 2017 donde el totalitarismo quiere regresar.

Daniel Noboa, candidato presidencial de Ecuador, participa en una rueda de prensa para medios internacionales, hoy en Guayaquil (Ecuador). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

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