Al otro lado de la niebla (2023)

Andrés Cárdenas Matute

Quito, Ecuador

Quizás por la noticia de que había sido escogida por Ecuador para luchar por una nominación como mejor película extranjera en los Oscar, “Al otro lado de la niebla” (2023) ha tenido otra breve temporada en salas. Se trata de una larga conversación entre Sebastián Cordero e Iván Vallejo, el principal cineasta de Ecuador y el principal montañista de Ecuador, hilada por las reflexiones en off del primero, mientras suben hasta el campamento base del Everest. Eso debería bastar para que sea algo importante. Pero, además, esta primera incursión de Cordero en el largometraje documental –él mismo tiene que manejar las cámaras y grabar el audio en medio de la ascensión– es un ejercicio más que satisfactorio de reflexión en medio de una crisis. Se entrelazan ambas experiencias: ¿Cuál es el sentido de grabar películas o de subir montañas? ¿Cuánto impulso suponen el ego y la vanidad? ¿Qué pasa cuando, después de tanto esfuerzo, finalmente cumpliste tus metas? ¿Por qué seguir? Entre los temas desfilan también la muerte, la familia, Dios… Resulta interesante el choque de expectativas al iniciar este proyecto, ya que se trata de una discusión siempre presente en el mundo del arte: mientras Vallejo quiere hacer algo que ayude a lo demás, que sea constructivo, que inspire, ya que él mismo se dedica a las charlas de motivación, Cordero, por su parte, piensa –y yo también– que crear desde ese objetivo normalmente pervierte el mismo objeto. El cineasta no quiere estar en los escaparates de autoayuda. Sin embargo, ese choque llega a buen puerto. Sobre todo, porque ambos coinciden en algo: en querer girar las ruedas de oración de los pueblitos budistas que visitan. Ambos, un creyente y un ateo, envían sus plegarias para que “Al otro lado de la niebla” llegue a realizarse y para redescubrir siempre nuevamente el sentido de escalar o de hacer películas.

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