Mucho ayuda quien no estorba

Carlos Cobo Marengo

Guayaquil, Ecuador

El día 18 de febrero, la Asamblea Nacional acaba de aprobar las reformas de varias leyes que se supone, servirán para evitar la discriminación laboral por motivo de edad, su próxima aprobación o veto se encuentra en manos del presidente de la república.

Entre los cambios que proponen estas modificaciones hay capacitaciones que deberán impartir los empleadores para capacitar a su personal; por cada 25 trabajadores las empresas estarán obligadas a contratar una persona mayor de 40 años, manteniendo criterios de paridad de género, se prohíbe la inclusión de restricciones de edad en ofertas de empleo, entre otros puntos. De no acatar, el Estado podrá imponer sanciones.

Desgraciadamente para los ecuatorianos, aunque en muchas ocasiones quienes nos gobiernan tengan buenas intenciones, sus acciones nos causan más perjuicios de los que ellos creen que pueden solucionar.

La creación de empleo para todos se logrará generando riqueza y producción, no mediante más regulaciones y costos sobre las empresas, quienes generan empleos son los empresarios en un entorno de confianza y poca asfixia estatal para poder invertir.

Insistir en más rigidez y control laboral es lo que ha provocado que hoy siete de cada diez ecuatorianos no tengan un empleo formal y en vez de buscar soluciones reales se sigue perjudicando a los más vulnerables y con menores habilidades.

Si queremos un país donde se fomente la creación de empleo, de empresas, los emprendimientos exitosos y la inversión hay que centrar nuestra atención no es la regulación sino en el alivio inmediato de las trabas.

¿Qué cambios necesitamos hacer? Primero la flexibilización laboral y de los salarios para que los ecuatorianos seamos realmente libres de mantener relaciones productivas sin imposición estatal, todo esto a través de un nuevo código laboral que reemplace el caduco documento de 1938.

Leyes que no cambien con cada gobierno turno y permitan los acuerdos libres y voluntarios; haciendo énfasis en que la ley debe aplicar para todos por igual, sin privilegios y sin distinción de sexo o edad.

Y finalmente, la única forma de contratar más es produciendo más, lo que se logrará con la mayor cantidad de capital posible bien invertido, lo que se consigue si se bajan impuestos y costos, aumenta el ahorro y se permite el libre ejercicio de la empresarialidad sin leyes absurdas.

Imagen de referencia. Foto tomada de Agencia Andes.

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