Fundación destaca la pérdida del olfato como uno de los primeros síntomas del Párkinson

La Fundación Michael J. Fox para el Párkinson (MJFF) destacó este martes en una reunión de investigadores en Nueva York la pérdida del olfato como uno de los primeros síntomas de la enfermedad, con el objetivo de detectar señales y prevenir sus efectos de forma temprana.

La reunión anual de la organización puso de relieve la Iniciativa de Marcadores de Progresión de la Enfermedad de Párkinson (PPMI, por sus siglas en inglés), una investigación que estudia desde 2010 esta enfermedad y varios biomarcadores que pueden indicar su presencia en sus primeras fases.

«Lo que es evidente es que el 90 % de los pacientes (de párkinson) han perdido el olfato y que esto comienza antes de que se manifiesten los síntomas graves de la enfermedad», aseguró hoy el doctor Eduardo Tolosa, principal investigador en la Universidad de Barcelona y líder de la PPMI.

En 2023, se consiguió identificar estos marcadores, que son como las ‘huellas biológicas y clínicas’ del párkinson, incluso en personas que aún no habían sido diagnosticadas.

Tolosa expresó que, gracias a estos marcadores -presentes en la sangre o en la piel, entre otros-, la Fundación está proponiendo una «nueva definición de la enfermedad del párkinson y una manera de seguimiento».

«La cura del párkinson ha fracasado. No hay ningún tratamiento que ralentice o prevenga la enfermedad», aseguró el médico, quien señaló que el proyecto pretende prevenirla a través de ensayos clínicos de nuevas moléculas en pacientes con síntomas leves.

 En este sentido, Tolosa insistió en que «todos los ensayos clínicos que se han hecho en los últimos 20 años han sido en pacientes con enfermedad declarada y han fracasado todos».

Intento de reducir la edad mínima para las pruebas

La organización ha propuesto reducir la edad mínima de elegibilidad para las pruebas de riesgo de los 60 a los 40 años, por lo que busca inscribir a mayores de 40 años con esta condición y que sean positivos en el biomarcador genético para diseñar pruebas de prevención y comprender mejor su aparición temprana.

«La edad de corte de 60 años se ha utilizado porque sabíamos que a partir de esta edad la manifestación motora de la enfermedad es más frecuente, pero estamos cambiando a un paradigma premotor», explicó la neuróloga del Hospital Clínico de Barcelona y subdirectora del programa, Alicia Garrido.

En EE.UU., los estudios también muestran que la comunidad hispana o latina con párkinson puede presentar algunos de los síntomas no motores más graves; sin embargo, solo el 7,6 % participa en las investigaciones.

En la plataforma digital de la iniciativa (‘myPPMI’), cualquier persona mayor de 18 años puede contribuir con datos sobre salud y bienestar desde EE.UU., Austria, Inglaterra, Canadá, Alemania, España y Países Bajos, y a partir de finales de este año se ampliará a otros países.

Barcelona fue uno de los primeros centros europeos en participar en este proyecto y la semana que viene continuará con una nueva fase que consistirá en pruebas de olfato en la población general, que pretende que lleguen a toda España.

Según la ONG, hasta la fecha más de 46.000 participantes han realizado unas 222.000 visitas al estudio en línea, aportando información en más de 3,3 millones de encuestas. EFE (I)

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