El Socialismo del Siglo XXI: entre el populismo y la experticia en el crimen

La excandidata presidencial Luisa González y el venezolano Jorge Luis Brizuela Guevara, en una foto difundida en redes sociales.

Diego Montalvo

Quito Ecuador

«No se empieza con el asesinato, con el deseo de cometerlo, ni siquiera pensándolo. Se empieza siendo, sencillamente, avaricioso, queriendo tener más de lo que se ha de recibir».

Agatha Christie

El Socialismo del Siglo XXI es experto en tejer redes criminales cuidadosamente planeadas en cada país donde gobiernan y haciéndolas transnacionales. En estos últimos meses, esta tendencia política no ha atravesado una buena racha por lo menos el último mes. Si bien, en Ecuador, el correísmo no es poder Ejecutivo, está involucrado y en los países donde gobierna esta tendencia los escándalos de alianzas con otros regímenes de maneras, por decir lo bajo, ilegales dejan un oasis de dudas o de rumores confirmados.

El ovillo de la corrupción empezó a desenrollarse en España, donde no sólo el ‘Caso Koldo’ destapó lo que muchos españoles querían confirmar que es un robo descarado durante la pandemia del Covid-19 por parte de los funcionarios más allegados a Sánchez, sino que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se enreda en problemas más grandes y casos tras casos que se van acumulando.

Ello hizo que el líder socialista llamara el sábado 6 de julio a una “reunión de emergencia” de su partido incluso porque se evidenciaron casos de prostitución en ministerios y otras funciones y dependencias públicas.

Así se abrió el llamado ‘caso Cerdán’ en el que el ministro de Transporte, José Luis Ábalos supuestamente recibió sobornos, “mordidas”, para hacer obra pública y usó a su asesor Koldo García como testaferro: así se abrió el ‘caso PSOE’.

Ábalos negó ser quien aparecía en audios como supuesta evidencia usada por la Guardia Civil. Sin embargo, el ‘caso Koldo’ conecta con un hilo al PSUV de la actual dictadura venezolana y al movimiento Revolución Ciudadana de Ecuador, liderado por Luisa González (derrotada en las elecciones generales del pasado 13 de abril de 2025).

El hecho es que González, Sánchez y Maduro formaron una especie de triángulo de corrupción con un amigo en común:  el empresario Jorge Brizuela Guevara, alias ‘El Venezolano’, acusado de ser testaferro del allegado a Sánchez, Koldo García quien es señalado de mantener “una organización criminal” en España donde se dice que Sánchez tenía pleno conocimiento de lo que ejecutaba su “número 2”, a quien defendía públicamente en discursos y redes sociales y culpaba de su señalamiento a la “extrema derecha”.

Sánchez finalmente dijo haberse sentido “traicionado” (como Rafael Correa) y que «”limpiaría” el PSOE de corrupción y prostitución».

Parecería que el líder del PSOE está contra las cuerdas, pero es innegable que el socialismo español posee una militancia fuerte —añadiendo a una derecha española fuertemente divida—. Sánchez utilizó ese argumento de peso electoral para decir que no dimitirá y se quedará en el poder hasta 2027 que son las próximas elecciones generales del país ibérico.

Mientras tanto, en Ecuador, el correísmo calla ante el señalamiento de la prensa española que evidenció ese vínculo y una foto de Luisa posando con Brizuela Guevara que fue tomada en 2024  en México previo al inicio de la campaña electoral ecuatoriana. Las investigaciones apuntan a que González recibió plata lavada del PSOE del ‘caso Koldo’ para su campaña por medio de ‘El Venezolano’ quien a su vez permitió al gobierno español la compra de oro directamente al régimen de Maduro y adquirir crudo venezolano refinado en República Dominica ya que el petróleo de ese país está vetado por la Unión Europea.

Parecería que las aguas del mar socialista no podían agitarse más hasta que el presidente de Colombia, Gustavo Petro llegó a la investidura de Daniel Noboa pese a no haberlo reconocido previamente y haber apoyado al correísmo en su tesis de un supuesto “fraude” con una “tinta transferible” que fue, según ellos, la causa que Luisa perdiera la elección. En Ecuador, el correísmo también, afirmó que Noboa buscaría ganar la presidencia capturando al sanguinario narcotraficante José Adolfo Macías Villamar alias ‘Fito’ en plena campaña (cosa que no pasó).

Curiosamente, Petro no regresó a Colombia y permaneció en Manta por casi dos semanas.  Poco después de su retorno, estalló un atentado contra Miguel Uribe, candidato presidencial opositor a Petro, quien recibió dos impactos de bala en el cráneo y actualmente sigue internado en la clínica Santa Fe. Allí, los rumores y temores no dudaron en aparecer y casi hasta confirmar una posible reunión entre Petro y ‘Fito’ en Manta.

Pues poco después de atentado contra Uribe, el Gobierno Nacional dio la noticia de la captura de Adolfo Macías en un búnker de su casa precisamente ubicada en Manta, Manabí. Si se descubre que Petro se reunió con ‘Fito’ para fraguar un posible atentado contra Miguel Uribe, ¿lo aceptará el Socialismo del Siglo XXI o recurrirá a la vieja confiable del “lawfare” para justificar sus fechorías?

A esto se sumaría el arresto domiciliario de Cristina Kirchner sentenciada por corrupción así como el hecho que el exvicepresidente de Correa, Jorge Glas sentenciado a 14 años de prisión por el ‘caso Reconstrucción de Manabí’ luego de la Corte de Justicia aceptó las evidencia de Fiscalía que determinó que hubo desvío de fondos durante ese devastador suceso acontecido en 2016.

Una vez recapitulado los hechos que están expuestos y las cartas echadas sobre la mesa, el Socialismo del Siglo XXI parecería acorralado, pero en España así como en Nicaragua y Venezuela, el PSOE no tiene intenciones de desatornillarse del poder.

En Colombia están a poco más de un año en elecciones —en las que parecería que Petro no va a correr, veremos— y Chile elige presidente este año en noviembre entre, muy posiblemente la comunista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast siempre y cuando el libertario Axel Kaiser no logre imponerse en las primarias de derecha.

Maduro ordenó abrir fábricas de misiles rusos e iraníes en el país caribeño, mientras el correísmo tilda de “fascismo” que en Ecuador se apoye a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen organizado. El panorama está allí y los comportamientos de cada actor más que desnudado. Sin embargo, es la gente quien al final decide si quiere libertad o más socialismo pese a lo que implica.

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