
Un grupo de comerciantes de la calle 25 de Março, que nuclea el mayor mercado popular de la ciudad brasileña de São Paulo, se manifestó este viernes en defensa de su trabajo, que en la última semana fue objeto de críticas por parte de Estados Unidos por la supuesta venta de productos falsificados.
Un centenar de personas ocupó la mítica calle ubicada en el centro de la capital paulista con carteles exigiéndole al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «respeto» por los trabajadores y por el comercio brasileño.
La protesta, convocada por el Sindicato de Comerciantes de São Paulo, contó con personas portando máscaras del mandatario estadounidense, algunas de ellas intervenidas como si fuese un payaso.
Uno de los manifestantes enmascarados incluso vistió el tradicional traje azul y la corbata roja del republicano, y cargó durante la hora y media que duró la protesta una bolsa blanca llena de dólares falsificados con la inscripción «50 % Brazil».
Tampoco faltó un falso Jair Bolsonaro vestido de presidiario, que incluso caminó de la mano con el doble de Trump durante una parte del recorrido, en alusión al apoyo público que el mandatario estadounidense le ha manifestado públicamente en los últimos días al expresidente brasileño, juzgado en un proceso en el que se le acusa de golpismo.
Los comercios de esta famosa zona y sus alrededores fueron uno de los protagonistas inesperados de la guerra comercial lanzada hace casi dos semanas por el republicano, que anunció un arancel del 50 % a las importaciones de productos brasileños a partir del 1 de agosto.
Para justificar la medida alegó principalmente motivos políticos, como una supuesta persecución al expresidente y líder de la extrema derecha, pero, al igual que con otros países, se respaldó en alegatos de un falso déficit comercial con Brasil, al mismo tiempo que inició una investigación por supuestas prácticas comerciales discriminatorias contra el país sudamericano.
Entre los motivos de esta investigación, la Oficina del Representante Comercial de EEUU citó la calle 25 de Março y afirmó que esta zona comercial de más de 160 años ha sido «durante décadas uno de los mayores mercados de productos falsificados», lo que suma una crítica más de la Administración de Trump al Gobierno brasileño, por no ser eficaz en la lucha por la protección de los derechos de propiedad intelectual.
Tras el anuncio del nuevo arancel, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva puso en marcha una campaña de comunicación en defensa de la soberanía nacional, bautizada «Brasil se escribe con S» y no con ‘Z’, como su grafía en inglés.
Y ha llevado a cabo esta semana una serie de reuniones con empresarios brasileños de distintos sectores que exportan a EEUU para tratar la amenaza arancelaria, en paralelo a la negociación vigente con representantes estadounidenses para revertir ese posible arancel que, de entrar en vigencia, perjudicaría a ambas economías, según declaraciones del Gobierno brasileño. EFE (I)