
Tras la orden del presidente Daniel Noboa, tropas de élite llegan a Manta para ayudar a combatir la narcodelincuencia. Así, según informó la presidencia de la República y el Ministerio de Defensa, más de 1.500 militares del Ejército ecuatoriano fueron desplegados en Manta y Portoviejo para ejecutar operativos de alto nivel ante la creciente ola de violencia.
Las Fuerzas Armadas intensifican el control en zonas críticas, tras varios hechos violentos registrados esta semana. La intervención se mantendrá en coordinación con Policía Nacional y autoridades locales. De este modo, las Fuerzas Armadas coordinan esfuerzos para enfrentar los desafíos de la delincuencia en zonas estratégicas de Manabí.
Los operativos en Manta y Portoviejo buscan desarticular redes de crimen organizado mediante controles rigurosos. Los militares realizan inspecciones en puntos clave para detectar armas y explosivos, además de patrullar barrios y sectores comerciales.
La presencia de la fuerza pública en estas ciudades responde a la necesidad de contrarrestar el impacto de la inseguridad. Los habitantes de Manabí han enfrentado amenazas crecientes, y las autoridades buscan restablecer la confianza ciudadana. Según el comando militar, los operativos se mantendrán de forma indefinida para garantizar resultados sostenibles.
Por otro lado, la Fuerza de Tarea Conjunta «Manabí» trabaja en coordinación con la Policía Nacional para maximizar el impacto de las operaciones. Esta colaboración permite cubrir más áreas y responderince la acción militar.
El despliegue de 1.500 militares representa un esfuerzo significativo para fortalecer la seguridad en Manabí. Las tropas élite, recién llegadas a Manta, aportan experiencia y recursos especializados para enfrentar la delincuencia. Los controles se enfocan en prevenir actividades ilícitas, mientras los patrullajes buscan disuadir actos delictivos en zonas de mayor riesgo.
Violencia repunta en Manta
Una nueva masacre vinculada al crimen organizado en Ecuador dejó cuatro muertos, entre ellos tres menores de edad de entre 16 y 17 años, y seis personas heridas, de ellas una mujer embarazada, informó la Policía Nacional a medios locales el lunes 17 de julio de 2025.
La matanza se produjo alrededor de las 13:00 hora local (18:00 GMT) en un barrio de las afueras de la costera localidad de Manta, cuando las víctimas se encontraban reunidas en el exterior de una casa y fueron sorprendidas por la irrupción de un vehículo con hombres armados de fusiles que abrieron fuego contra ellos sin previo aviso.
El subjefe de la Policía en Manta, Sebastián Redrobrán, explicó que los heridos se encuentran en condición estable, incluida la mujer embarazada, que presenta un «roce» de proyectil. (I)