La comunista Jara y el ultraderechista Kast se enfrentarán en diciembre por la presidencia chilena

Imagen de Ciper -Chile.
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Chile se encamina a una segunda vuelta presidencial marcada por la polarización, después de que la candidata comunista Jeannette Jara y el líder ultraconservador José Antonio Kast aseguraran los primeros lugares en la votación de este domingo. Con cerca del 77% de los votos escrutados, Jara —abanderada del oficialismo del presidente Gabriel Boric— obtuvo un 26,6%, ligeramente por debajo de lo que anticipaban los sondeos. Kast, referente de la derecha más dura, la sigue de cerca con un 24,1%, en un escenario donde el amplio respaldo a las fuerzas conservadoras lo deja con una ventaja potencial de cara al balotaje del 14 de diciembre.

La sorpresa de la jornada vino de la mano de Franco Parisi, un outsider populista que, en su tercer intento por llegar a La Moneda, alcanzó un 19,3%, desplazando a figuras tradicionales de la derecha, como el libertario Johannes Kaiser y la excandidata Evelyn Matthei, que quedó quinta en un duro revés para la coalición Chile Vamos.

Desde el Palacio de La Moneda, el presidente Boric felicitó a los dos candidatos que avanzan a la definición final. Sin embargo, los resultados subrayan un panorama complejo para el oficialismo. Aunque Jara lidera la primera vuelta, la suma del voto conservador —entre Kast, Kaiser y Matthei— supera el 50%, lo que refuerza la posición de Kast en la recta final. La candidata de izquierda enfrenta ahora la tarea de conquistar a un electorado moderado que, según encuestas, se inclina por la oposición. Se espera que envíe señales rápidas hacia el centro, incluyendo eventuales ajustes en su equipo y un distanciamiento visible del Partido Comunista.

Kast, por su parte, consolida una tercera aspiración presidencial con el impulso de la derecha tradicional, que ya ha comenzado a cerrar filas a su alrededor. A diferencia de su derrota ante Boric en 2021, llega ahora respaldado por un clima político marcado por preocupaciones sobre seguridad, migración y estancamiento económico, temas centrales de su programa.

La elección se desarrolló con normalidad en una jornada que también renovó toda la Cámara de Diputados y casi la mitad del Senado, en un sistema que por primera vez combina voto obligatorio e inscripción automática. El contexto electoral refleja el comportamiento pendular que ha caracterizado a Chile en la última década, con un electorado que castiga a los gobiernos de turno y expresa una profunda desconfianza hacia las instituciones.

Este es el escenario que enfrentará quien asuma la Presidencia el 11 de marzo: un país políticamente fragmentado, con un Congreso sin mayorías claras y una ciudadanía inquieta ante el avance del crimen organizado. Un clima en el que los discursos más extremos —como el de Kast— encuentran terreno fértil, y donde la izquierda deberá sortear su mayor desafío en años para intentar retener el poder.

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