La Federación Española necesita una solución para la final de la Copa del Rey

-BARCELONA, 11/05/2025.-El delantero del Real Madrid Vinicius Jr, durante el partido de la jornada 35 de LaLiga EA Sports entre el Barcelona y el Real Madrid, este domingo en el Estadi Olímpic Lluís Companys.-EFE/ Enric Fontcuberta

La Final de la Copa del Rey se ha convertido en un quebradero de cabeza logístico para la Real Federación Española de Fútbol. Tradicionalmente establecida en el Estadio La Cartuja de Sevilla, la fecha prevista para la edición de 2026, el sábado 25 de abril, coincide con el famoso Sábado de Feria de Sevilla, lo que ha obligado a autoridades y federación a replantearse seriamente la programación.

Un choque de calendario con otros eventos deportivos de las bet, como el Gran Premio de MotoGP de Jerez, así que existe una amenaza de contaminar la fiesta del fútbol con problemas de seguridad, transporte, alojamiento y saturación del espacio urbano.

El choque de calendarios que lo complica todo

La RFEF y el Ayuntamiento de Sevilla se han visto en la obligación de “buscar soluciones” ante la coincidencia de la final copera con uno de los eventos más multitudinarios de la ciudad, el Sábado de Feria.

Además, la circunstancia se agrava porque ese mismo fin de semana tiene lugar el Gran Premio de España de MotoGP en Jerez, lo que multiplica el volumen de desplazamientos y la tensión sobre infraestructuras y servicios públicos.

La fecha oficial de la final para la temporada 2025-26 está fijada para el 25 de abril de 2026 en La Cartuja. Sin embargo, la federación ya ha anunciado que el 25 de abril “no es viable” tal como está planteado, y trabaja para posponer el partido al sábado 2 de mayo, siempre que la reorganización del calendario lo permita. 

¿Por qué la RFEF necesita encontrar una salida?

La federación no puede permitirse que la final de su torneo estrella esté empañada por un fallo de planificación. La coincidencia con la Feria de Abril supone un riesgo para la logística, ya que Sevilla tendrá una presión excepcional en transporte público, taxi/Uber, alojamiento para miles de visitantes y dispositivo de seguridad incrementado. Esta saturación sumada a la final de la Copa podría colapsar la ciudad.

Desde el punto de vista deportivo y de imagen, la final de la Copa necesita el escenario idóneo, con un público centrado, instalaciones operativas, flujo de aficionados sin sobresaltos. Un fin de semana como el del Sábado de Feria no otorga ese entorno controlado.

La RFEF ha renovado la sede de La Cartuja para las próximas ediciones del torneo. Según su propio portal, “La Cartuja de Sevilla será la sede de las próximas tres finales de la Copa del Rey MAPFRE”. Debe cumplir ese compromiso sin que se vea empañado por una mala gestión que afecte la organización de un evento de alto impacto mediático.

Las alternativas sobre la mesa

En las reuniones mantenidas los últimos días se han barajado varias opciones para desbloquear la situación. Retrasar la final al 2 de mayo, porque esta fecha aparece como la más viable porque permite dejar el 25-26 de abril libre del gran evento de la Feria. Eso sí, para hacerlo habría que reordenar jornadas de Liga, semifinales, etc., lo cual implica multiplicar la coordinación con la Liga de Fútbol Profesional.

También se baraja cambiar la sede, aunque la Cartuja es la “casa” oficial para la final, se considera en última instancia la opción de trasladar el evento a otro estadio si la logística no se encaja.

O mantener la fecha pero reforzar los servicios, que es la alternativa menos preferida por autoridades y federación, pero contemplan reforzar transporte, alojamiento y seguridad si la fecha no puede modificarse.

Consecuencias para Sevilla, los organizadores y los aficionados

El ajuste del calendario tiene repercusiones concretas. Para Sevilla, si se mantiene la fecha original, los costes en servicios de seguridad y transporte se elevarán, lo que podría encarecer la final para los aficionados y generar una experiencia menos amigable. Las fuentes municipales ya han advertido de la dificultad para garantizar alojamiento en ese fin de semana.

Para la RFEF, un fallo organizativo en la final comprometería su reputación y su capacidad de repetir Sevilla como sede histórica del torneo. Dado el contrato firmado y la imagen que representa, necesitan acertar.

Para los aficionados, cambiar la fecha implica reprogramaciones de viaje, noches de hotel, billetes de tren o avión. Pero mantener la fecha en el fin de semana saturado supondría una experiencia menos cómoda, con precios más altos y movilidad complicada.Y para las apuestas deportivas a largo plazo, un cambio de fecha altera los patrones de volumen. Las finales concentran un pico de actividad muy concreto, especialmente durante la semana previa y las horas inmediatamente anteriores al partido. Si la RFEF decide mover el encuentro al 2 de mayo, las casas de apuestas deberán reajustar campañas, promociones y calendarios, lo que puede provocar oscilaciones tempranas en las cuotas iniciales y mayor volatilidad en los mercados previos.

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