El Telégrafo tiene pérdidas por $3 millones

El examen especial que la Contraloría General del Estado realizó a la gestión de diario El Telégrafo, entre el 1 de enero del 2007 y el 31 de enero del 2010 confirmó las altas pérdidas económicas que ese medio de comunicación, dependiente del Gobierno central, tuvo durante ese período. El sistema de control interno -según un informe publicado hoy por el diario El Comercio- revela insuficiencias por la “ausencia de un Reglamento Interno, un Manual de Procedimiento y la formulación de un Plan Estratégico Institucional”. También concluye que durante esos tres años de análisis, no existió una gestión oportuna de recuperación de cartera vencida y de aprobación de políticas de tiraje, circulación y precios. Además, hubo falta de organización de la documentación de respaldo de los comprobantes de egreso.

El informe en mención fue conocido por El Telégrafo el 23 de marzo de este año.

El decano de la prensa nacional.

Un capítulo importante al que dedica el análisis de la Contraloría tiene que ver con la ejecución del plan para la adquisición de la nueva rotativa (equipo de impresión), a partir de abril del 2008, advirtiendo que hubo una “falta de control del proyecto, generando costos y gastos anticipados”, que no estuvieron contemplados en la fase de diseño. El costo total de la implementación de la rotativa era de USD 17,4 millones.

A lo largo de este capítulo, las autoridades de El Telégrafo responsabilizaron al Ministerio de Finanzas por las demoras, no solo en la consecución del crédito que debía otorgar la Corporación Financiera Nacional (CFN) por USD 11,1 millones. Los 6,27 millones restantes debían ser financiados con recursos propios.

En ese sentido, la Contraloría determinó en su examen, que diario El Telégrafo incurrió en costos financieros equivalentes a USD 150 000 dólares, producto de las demoras propias del proyecto que incidieron en multas por demora al pago de los proveedores: la empresa Koening & Brauer, con la que se contrató la compra de la rotativa, así como pagos extras por el almacenaje de la maquinaria toda vez que, durante los años materia del examen especial, el terreno y el galpón de seis mil metros cuadrados (Sicocar) en el que se iba a instalar la maquinaria estaba aún en proceso formal de adquisición. Actualmente, la rotativa del El Telégrafo ya está en funcionamiento.

El otro tema sensible tiene que ver con el tiraje de los diarios y los costos de producción que estos han representado para la rentabilidad de la empresa.

El problema lo resume El Universo de la siguiente manera. El informe indica que, de los más de 18 millones de ejemplares “buenos” (es decir, que no presentaron fallas de impresión), se comercializaron alrededor de 5,2 millones por venta directa en las calles o a través de suscripciones.

El resto se repartió gratuitamente. Cada ejemplar tiene un costo al público de $ 0,25, aunque la empresa reconoce un descuento de hasta $ 0,17 a la cadena de distribución (distribuidor, punto de venta y canillita o voceador).

En el 2007, año en que el Estado se hizo cargo de la administración del diario, el porcentaje de ejemplares de cortesía entregado llegó al 45%; en el 2008 subió al 56% y a fines del 2009 y principios del 2010, al 87%, revela la auditoría.

Y a medida que se incrementaba el índice de periódicos regalados, disminuyeron tanto el de los de libre circulación como los de las suscripciones adquiridas por empresas públicas, privadas y personas naturales.

En el primer caso, pasó de 31% en el 2008 al 10% a fines del 2009 y principios del 2010.

El segundo pasó de 18% en el 2007 al 3% para el 2008, 2009 y principios del 2010.

Esta política de circulación, que apuntaba a que en el corto plazo la totalidad del tiraje del diario se distribuyera gratis por tener el carácter de “público”, afectó el flujo de ingresos y gastos de la compañía, indica el documento de la Contraloría, que consta de 67 páginas.

Para cubrir las entregas gratuitas, la empresa aumentó su tiraje diario de 4 mil a 40 mil ejemplares en tres años, generando mayores costos de producción que no fueron compensados por la facturación tanto por la venta de publicidad como del producto. Por lo señalado, en tres años, El Telégrafo perdió unos $ 13 millones.

En sus descargos, la Gerencia General argumentó que la venta de publicidad y el alcance de tiraje “creció notablemente”.

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