Un domingo lleno de emoción, lleno de alegrías en el fútbol. La consagración de Vélez como campeón y el retiro de Palermo con una fiesta en donde el pueblo Xeneize se unió para gritar muy fuerte: ¡¡GRACIAS POR TODO MARTIN!!
“PAAALEEEEERMO, PAAALEEEEERMO”… se escuchaba mientras viejos amigos (Como Abbondanzieri y Bataglia) lo saludaban y Pergolini conducía la fiesta que el gran Palermo se merecía.
“Ya con esto me voy más que feliz” dijo el Titán demostrando que no le importaba mucho el hecho de haber perdido ante Banfield.
“Agradezco a la gente, ni soñada esta despedida se me iba a dar así. Podría pensar mil cosas, pero nunca una despedida de estas magnitudes”.
“Ya desde el hotel hasta acá la gente me brindaba un cariño que me hizo emocionar”, aceptó el Titán antes de recibir el homenaje formal por haber jugado el último partido en la Bombonera.
Lo único que falló fue la conducción: un dubitativo Pergollini intento conducir la fiesta de despedida del Titán pero, evidentemente, el marco le quedo grande. Dudas y oraciones sin terminar formaron parte de un mar de errores en medio de una fiesta de lujo, en donde el Pergollini fue lo único que desentonó.
Fue una despedida emotiva, muchos periodistas deportivos aceptan que nunca vieron un evento tan emocionante.
El Loco ya había dejado escapar algunas lágrimas y le mostraron en la pantalla gigante un video de su estadía por Boca.
A todos los Xeneizes, con micrófono en mano, les dijo: “Son muchas cosas las que me pasan por la cabeza para poder expresar, pero estoy muy agradecido a todos ustedes por todo el cariño, por las tristezas, por los triunfos, pero siempre sacamos una sonrisa con la posibilidad que tenia de hacer el gol, el gol era lo más lindo que tenia para darles.”
“Siempre me criticaron por decir que soy hincha de Estudiantes, pero quédense tranquilos que yo siempre los voy a llevar en mi corazón”.
Otro video mostraba a muchos de sus compañeros y amigos (como Guillermo), Bianchi, familiares y autoridades de Boca.
Al final se le entregó una placa y le regalaron nada más y nada menos que el Arco de la Bombonera.
Uno de los arcos ya tiene el nombre Martín Palermo. La Bombonera estaba llena de lágrimas y emociones en un homenaje nunca antes visto, en donde el Loco recibió una capa de Superhéroe: Para Boca y el fútbol de Argentina se va un intachable del fútbol.