
LIMA (AP) — El estado de salud del ex presidente Alberto Fujimori no es grave, y la pérdida de peso que lo aqueja se debe a un cuadro de depresión, dijo el martes el director del hospital donde fue evaluado médicamente.
Pedro Sánchez, director del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), donde Fujimori ha sido operado en tres oportunidades en los últimos tres años para extirparle lesiones cancerosas en la lengua, informó que el ex mandatario ha perdido 15 kilos en los últimos cuatro meses siendo su peso actual de 64 kilos.
«Es un paciente de riesgo pero su salud no es grave… no va a necesitar ninguna intervención quirúrgica», dijo Sánchez en rueda de prensa.
Fujimori, de casi 73 años, fue dado de alta el martes tras ser hospitalizado el 9 de junio en el INEN por un sangrado de la lengua. Fue trasladado de regreso a la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía donde se encuentra recluido desde 2007.
Imágenes de televisión lo habían mostrado a su ingreso al hospital visiblemente más delgado y demacrado, lo que desató especulaciones sobre que su salud se habría agravado.
«La baja de peso se debe al cuadro depresivo, no hay una demostración orgánica causal que se haya podido demostrar», afirmó Sánchez. Negó que Fujimori tenga un cáncer avanzado o en estado terminal.
La hospitalización de Fujimori ocurrió cuatro días después de la segunda vuelta presidencial, en la que su primogénita Keiko Fujimori, de 36 años, fue derrotada por un margen de apenas 3% por el izquierdista Ollanta Humala.
Su médico de cabecera Alejandro Aguinaga dijo el martes a la emisora Radioprogramas que Fujimori voluntariamente decidió postergar su internamiento hasta después del balotaje para no perjudicar el proceso electoral.
Contradijo las declaraciones de Sánchez y afirmó que la salud del ex mandatario es «complicada» dada su edad, las intervenciones a las que fue sometido para extirparle el cáncer, y las otras dolencias que padece como cálculo renal, hipertensión, entre otros.
«Como consecuencia de tener toda esta situación se ha añadido una severa depresión», explicó. «El está en una situación muy complicada que va deteriorando y agravando su salud día a día», sostuvo.
Fujimori cumple una condena de 25 años de prisión por su responsabilidad en dos matanzas cometidas por un escuadrón de aniquilamiento del ejército que funcionó clandestinamente en los primeros años de su gobierno de una década (1990-2000).
El ex gobernante fue operado por primera vez en el INEN en 1997 pero entonces no se precisó la dolencia que padecía.
La segunda operación se le practicó en junio de 2008, cuando afrontaba el juicio público por violaciones a los derechos humanos, y se informó que presentaba dos lesiones cancerosas en la lengua. La tercera intervención se le practicó en febrero de 2010, y la cuarta y más reciente en febrero de 2011.
Fujimori gobernó autoritariamente Perú hasta noviembre de 2000 en que un escándalo de corrupción que involucró a su brazo derecho y jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos, lo obligó a huir a Japón, tierra de sus ancestros, y renunciar por fax a la presidencia.
Su gobierno genera dos tipos de sentimientos en la población peruana, de un lado, agradecimiento y elogios entre quienes consideran que libró al país del terrorismo y de la hiperinflación, y de otro rechazo entre quienes condenan las graves violaciones a los derechos humanos y los altos niveles de corrupción que afectaron todas las instituciones.