Las Casas legislativas sin uso

Ni asambleístas ni ciudadanos visitan las oficinas que la Asamblea abre por el país y en las que va gastando más de $200 mil. Diario HOY presenta en su edición de hoy un amplio reportaje con la situación de 13 oficinas regionales.

Guido Vargas, asambleísta de Sociedad Patriótica por Sucumbíos, tiene una definición para la oficina que la Asamblea Nacional abrió en Nueva Loja: «Es otra central política más del partido del Gobierno». Como la de Sucumbíos, desde abril de este año, el presidente del legislativo, Fernando Cordero, ha inaugurado oficinas en 13 ciudades del país y en las que se han gastado hasta el momento más de $200 mil para las adecuaciones respectivas.

Hay varios puntos en común en todas las oficinas: muchos asambleístas, como Lourdes Tibán, de Cotopaxi, y Nivea Vélez, de Loja, no sabían siquiera de su existencia, mucho menos las han visitado. Las llamadas casas legislativas funcionan en pisos de edificios públicos que pertenecen a otros estamentos del Estado, como municipios y prefecturas, con los que se han firmado convenios para la ocupación.

Cordero dijo a HOY que el presupuesto estimado para la adecuación de cada oficina bordea los $20 mil. Este monto, financiado por el Legislativo, incluiría los primeros salarios de la personas encargadas, calculado en $800 al mes, pero el Departamento Administrativo de la Asamblea se negó a facilitar esta información, argumentando que el administrador general, Francisco Torres, estuvo ausente toda esta semana.

HOY visitó algunas de las 13 oficinas en todo el país. Estas mantienen en su mayoría un perfil bajo: no hay visitantes, ni un registro de las actividades realizadas. Adicionalmente, la ciudadanía no conoce su utilidad y los asambleístas prefieren trabajar en sus propias oficinas cuando se encuentran en sus provincias.

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