
LOS ANGELES (AP) — Han recibido aplausos y algún abucheo en Canadá, en su primer viaje oficial desde su boda. Ahora cabe preguntar si el príncipe Guillermo y su esposa Catalina recibirán homenajes populares en su visita a la meca del cine.
Es posible que no haya tiempo.
El duque y la duquesa de Cambridge volaban al sur el viernes para cumplir una apretada agenda de fin de semana en Los Angeles, con más negocios que placer y escasas oportunidades de mezclarse con la plebe.
Durante su estancia en Los Angeles, la pareja se concentrará en obras de caridad, promoción de los intereses británicos y un partido de polo en Santa Bárbara.
La pareja será recibida en el aeropuerto de Los Angeles por el gobernador Jerry Brown y su esposa.
A continuación, habrá una reunión con inversionistas, líderes de la industria y filántropos, seguida de una recepción en la casa del cónsul británico en Hancock Park, donde se alojará la pareja.
Las autoridades han advertido a los omnipresentes paparazzi que no se tolerará su agresividad.
«Pedimos a los paparazzi una conducta respetuosa y digna», dijo el subjefe de policía Michael Downing. «Y los paparazzi recibirán de nuestra parte un trato respetuoso y digno».
El sábado, la pareja irá al lujoso Santa Barbara Polo & Racquet Club. Pagando una entrada de 4.000 dólares, los ricos podrán alternar brevemente con la pareja, ver un partido de polo en que jugará Guillermo y asistir a la entrega del trofeo al equipo ganador por Catalina.
El sábado por la noche habrá una cena en el histórico Teatro Belasco para presentar a jóvenes talentos británicos a directivos de Hollywood.
La visita del domingo será menos glamorosa: en el barrio de Skid Row visitarán una academia que da clases gratuitas de artes interpretativas a niños de los barrios más pobres.
La pareja partirá de Los Angeles el domingo por la tarde.