Papa denuncia «el eclipse de Dios»

El papa Benedicto XVI a su llegada al encuentro que ha mantenido con jóvenes religiosas en el Patio de Reyes del Real Monasterio de El Escorial, en su segundo día de estancia en Madrid, con motivo de la celebración de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud. El Papa ha pedido «radicalidad» cristiana frente a lo que considera un «eclipse de Dios, una cierta amnesia y un verdadero rechazo del cristianismo» en la sociedad actual. Ha sido el punto central de su discurso en El Escorial, donde se ha reunido con más de 1.600 jóvenes religiosas y aproximadamente un millar de profesores universitarios durante su segundo día de visita a España en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo
«Frente al relativismo y a la mediocridad», Benedicto XVI ha propuesto «radicalidad evangélica» a los asistentes, entre los que se encontraban 400 monjas de clausura. El cardenal Antonio María Rouco Varela ha agradecido, por su parte, la «espléndida generosidad» de las religiosas allí convocadas: «Son lo mejor de la juventud de la Iglesia, de la sociedad y, por su puesto, de España», ha asegurado. También ha tenido palabras para aquellos jóvenes cuyas «expectativas» profesionales y vitales resultan «no siempre satisfechas y, no pocas veces, fallidas».

Benedicto XVI advirtió también de las devastadoras consecuencias que puede tener una ciencia «sin límites» y consideró que frente a la mediocridad y el relativismo» del mundo actual, es necesario un testimonio «radical» del Evangelio. El Papa, que en algunos momentos presentó aspecto cansado debido al fuerte calor reinante, recibió un nuevo baño de multitudes por las miles de personas que desafiaron las altas temperaturas y le aclamaron a su llegada a El Escorial y sobre todo por las monjas, eufóricas, que estallaron en júbilo cuando les dirigió un discurso en el que dijo que la Iglesia las necesita.

«Frente al relativismo y la mediocridad surge la necesidad de esa radicalidad, que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado», afirmó el papa. Subrayó que la «radicalidad evangélica» se expresa en las diferentes misiones que les ha confiado, desde la vida contemplativa, a la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida o la labor misionera.

Después, el papa, que ejerció durante 25 años en universidades alemanas, se reunió en la basílica del monasterio con los profesores universitarios, ante los que pronunció un discurso académico en el que advirtió de que una ciencia «sin límites» puede causar daños devastadores al mundo.

El papa aseguró asimismo que cuando se elimina toda referencia a Dios se puede llegar al totalitarismo político y que por ello la Universidad es la que preserva de esa visión reduccionista y sesgada del ser humano.

«Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder», afirmó.

El Obispo de Roma criticó que en una sociedad «quebradiza e inestable» se piense que la misión de un profesor universitario es exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.

A ese respecto, denunció que cada vez cunde más en la sociedad la «visión utilitarista de la educación».

El papa Ratzinger agregó que la universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, «ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor».

El pontífice, que regalo un mosaico de San Lorenzo a los monjes agustinos del monasterio de El Escorial, fue acogido por un aplauso que se prolongó durante más de cinco minutos.

Al acto asistió la presidenta de la Comunidad de Madrid (Gobierno regional), la conservadora Esperanza Aguirre, y el ministro de Educación, Ángel Gabilondo.

La segunda jornada del papa en España comenzó con una visita a los Reyes de España y a la familia real en el palacio de la Zarzuela.

Allí se reunió a solas con el rey Juan Carlos y, según fuentes de la Casa del Rey, compartieron su «preocupación» por los problemas de la juventud actual y coincidieron en la necesidad de encontrar salidas a la insatisfacción que muestran los jóvenes. EFE

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