Requisas extremas en cárcel modelo

Requisas permanentes, mala alimentación, falta de agua potable, maltratos a los internos. Esas fueron las principales irregularidades que le fueron denunciadas al defensor del Pueblo de Santo Domingo de los Tsáchilas, Clay Cabrera, durante una visita que hizo el miércoles anterior al Centro de Rehabilitación Social (CRS).

«En los testimonios que recibí, se nos denunció que a varias mujeres las obligan a desvestirse y se las revisaba en las partes íntimas,     incluso, se les introdujo los dedos en la vagina antes de ingresar al reclusorio a visitar a sus familiares. Los guías en unos casos y los guardias en otros hacían esto para comprobar si no llevaban droga a la cárcel», manifestó Cabrera.

Adicionalmente a las mujeres se les obligaba a realizar ejercicios (sapitos). Cabrera constató, además, que circulaba heroína, cocaína, marihuana y morfina.

«Me llama la atención que en un centro de rehabilitación catalogado como de primera, se encuentren estas drogas. Se le está yendo la mano al director».

Tras recibir las denuncias, Cabrera dialogó con el director Guillermo Salazar quien le confirmó los hechos. «Ante tal afirmación le indicamos al funcionario que este procedimiento era ilegal, por cuanto el artículo 82 del Código de Procedimiento Penal y el artículo 64 de la Constitución prohíben taxativamente el control corporal a las personas que visitan a sus parientes a las cárceles, salvo que un juez de lo Penal lo disponga».

Al conocer el procedimiento de Salazar, el gobernador de Santo Domingo de los Tsáchilas, Fernando Trujillo, pidió su renuncia y la intervención de los Ministerios de Justicia y del Interior en esa cárcel.

Cabrera inició una investigación de oficio, cuyos resultados enviará al Defensor del Pueblo Nacional. Adelantó que sugerirá que para evitar la revisión corporal de las personas antes de ingresar a la cárcel, se adquieran aparatos similares a los que se emplean en los aeropuertos, así como canes amaestrados especializados en revisión.

A principios de esta semana los internos realizaron un amotinamiento denunciando estos inconvenientes, a través de sus familiares.

Rosario Solano, hermana de uno de los detenidos, denunció que los internos no reciben la alimentación adecuada, hay deficiencias de agua potable y que las empleadas del Centro de Rehabilitación, las obligan a desvestir en su totalidad para revisarlas.

Queja similar presentó Blanca Arizala, cuyo hijo fue trasladado desde el Penal de Quito, indicando que los alimentos y ropa que le enviaba, no se los entregaban al detenido.

La cárcel de máxima seguridad de Santo Domingo de los Colorados, fue terminada su primera etapa el 29 de septiembre de 2010 con una capacidad para 400 internos.

Las celdas son bipersonales y los detenidos no tienen acceso a conexiones eléctricas, solo a la iluminación de un bombillo empotrado en el techo. El pasado marzo, desde la Penitenciaría del Litoral fueron trasladados 49 presos considerados de peligrosidad. Los internos gestionaban la instalación de la radio emisora La Máxima FM dentro de esta cárcel e incluso varios presos fueron capacitados para locutores. (LFA-AM)

Hacinamiento en Centro de Detención

Clay Cabrera también denunció anomalías en el Centro de Detención Provisional, que funciona a poca distancia del Centro de Rehabilitación Social. El pasado 29 de julio visitó ese centro y encontró a 120 presos cuando su capacidad es solo para 40 personas. «Encontramos cuatro adolescentes infractores, un ciudadano con alteraciones mentales, no hay camas ni colchones y los presos duermen en el piso con la posibilidad de contagio pulmonares por la poca ventilación del lugar». El informe fue remitido al gobernador el 15 de agosto. (LFA-AM)

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