Barcelona dijo adiós a las corridas de toros

Con la actuación de tres diestros de renombre en la arena, la Monumental de Barcelona acogió ayer a la última corrida de toros de la temporada y de la historia de Cataluña, antes de su prohibición a partir del 1 de enero del 2012.

Juan Mora, de 48 años, José Tomás, de 36, y Serafín Marín, de 28 años, realizaron el último paseíllo, aclamados por los 18 000 aficionados presentes que gritaban ‘Libertad’.

Bajo los gritos de ¡Ole!, Mora volvió solo al ruedo, con traje de luces verde y oro, para lidiar a Burrenito, el primero de los seis toros de la tarde, de 540 kg. Después fue el turno del legendario torero José Tomás, vestido de negro (en señal de duelo) y oro.

Simbólicamente, fue el joven matador catalán Serafín Marín, originario de esta región nacionalista del noreste de España, quien dio el golpe de gracia a Dudalegre, de 567 kilos, el último toro de la ganadería El Pilar de Salamanca que murió en la arena de Barcelona.

El sábado, los toreros Morante de la Puebla, El Juli y José María Manzanares fueron recibidos triunfalmente en la plaza, con los sones del himno catalán en la apertura de la Feria de la Mercé, último fin de semana de la temporada taurina.

Los aficionados agotaron el martes en pocos minutos las entradas disponibles para el domingo, pagando por cada billete entre 24 y 135 euros.

El 1 de enero de 2012, Cataluña se convertirá en la segunda región de España que prohíbe las corridas de toros, después de que las Islas Canarias lo hiciera en 1991. Bajo la presión de los defensores de los animales, los diputados catalanes aprobaron en julio del año pasado una ley en este sentido.

Pero los aficionados quieren recordar que las corridas de toros son una parte importante del patrimonio cultural de Cataluña y esperan, mediante una campaña de recolección de firmas, que el tema sea debatido en el Parlamento español.

Los defensores de los derechos de los animales aseguran, por su parte, que proseguirán su combate en el resto de España.

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