Joel Valencia, 16 años, un ejemplo para triunfar

Tiene abiertas las puertas de los grandes de Europa. El Fútbol Club Barcelona es el club que más fuerte puja para hacerse con su ficha. De cabeza, dentro y fuera de los terrenos de juego, anda fenomenal. No quiere hablar de dinero. No se vuelve loco con las llamadas del exterior. Su mayor ilusión, en estos momentos, es la de jugar en el primer equipo del Real Zaragoza. Si Javier Aguirre le da la oportunidad y continuidad, no le fallará.

En Joel Valencia se deberían mirar muchos de los futbolistas que juegan en las categorías inferiores del Real Zaragoza. Llegar a lo más alto del fútbol profesional, no se llega solamente con calidad técnica o fuerza física. Para triunfar hay que tener raza, ilusión, hambre de éxitos, humildad y dar la cara en todo momento. Grandes futbolistas en las categorías inferiores, se han quedado en el camino. En la historia del Real Zaragoza hay un gran número de ellos y, lo más grave, es que se van a seguir quedando fuera de órbita otros muchos. Y como siempre, será por su propia culpa.

A la gran mayoría de los jugadores que están en la plantilla de esta temporada en el Real Zaragoza B, les sobran condiciones para llegar a lo más alto. Sólo hace falta observar los nombres que la componen. Si no lo consiguen que no le echen la culpa al empedrado o al entrenador de turno. El partido del pasado sábado en la Ciudad Deportiva fue muy delatador. Les recomendaría a los protagonistas el que se hicieran con el vídeo del partido, y analicen con sinceridad y honradez su actuación particular. Posiblemente, sólo Pablo Alcolea y, sobre todo, Joel Valencia, se sentirían satisfechos en todos los sentidos.

También habría que valorar el que las bajas obligadas de cada semana en el filial, pueden afectar al rendimiento general del grupo. En el último partido se tuvieron que quedar en la grada: Héctor, Forniés, Marcelo, Jorge, Edu, Ness, Joshua, Gassama y Brian y, esto ha sido lo habitual desde que arrancó la temporada.

El éxito o el fracaso del Real Zaragoza B está en las botas y, sobre todo, en la cabeza de los futbolistas. No les falta calidad y les tratan diariamente como si fueran profesionales. No valen excusas de mal pagador. Sí todos se ponen las pilas, seguro que tendrán su recompensa a nivel de equipo y a nivel particular.

Fuente: Los Blanquillos

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