NBA: Barkley defiende a Stern y los jugadores amenazan con su propia liga

La reacciones a la cancelación de las dos primeras semanas de competición de la nueva temporada de la NBA no se han hecho esperar y la exestrella Charles Barkley ha sido el primero que salió en defensa del comisionado David Stern.

Mientras algunas estrellas actuales de la NBA ya han manifestado públicamente que están dispuestos a formar su propia liga si el cierre patronal se mantiene durante toda la temporada.

Barkley, actual comentarista de la cadena de televisión TNT, después de anunciar que no se siente «cómodo» de recibir un salario que no se ha ganado ante la cancelación de los partidos, dijo que tiene previsto tomar una decisión al respecto,

«No es honrado para mí recibir un dinero que no me he ganado y por lo tanto pienso aplazar el pago o entregarlo a una organización benéfica», declaró Barkley. «Lo pensaré y decidiré».

El exjugador de los Sixers de Filadelfia, Suns de Phoenix y Rockets de Houston, también analizó el momento actual por el que atraviesa el conflicto laboral de la NBA y defendió la filosofía de Stern de ayudar por igual a los 30 equipos que hay en la liga.

«David (Stern) es el mejor comisionado que hay dentro del deporte profesional de Estados Unidos», declaró Barkley. «No quiere convertir a la NBA en lo que sucede con el béisbol de las Grandes Ligas, donde sólo unos cuantos equipos tienen el poder de conseguir a las figuras».

Barkley también recordó que se siente mal por los trabajadores que están relacionados con la actividad del baloncesto profesional y van a perder sus empleos y recordó que durante los últimos tres años de grave crisis económica todo el mundo ha sufrido los efectos, menos los jugadores de la NBA.

«Todos sabemos el dinero que invierten los dueños y por lo tanto no es extraño que hayan tenido pérdidas, pero los que no han sufrido ninguna reducción en sus salarios han sido los jugadores», valoró Barkley. «Esa es una realidad que no se puede negar».

Barkley también dijo que la única posibilidad que existe para los jugadores de evitar que no haya una cancelación completa de toda la temporada era la de aceptar como mínimo el 50 por ciento en el reparto de los ingresos del baloncesto.

Sin embargo, los dueños en la última reunión de siete horas del pasado lunes ya habían vuelto a bajar su oferta al 47 por ciento.

Por su parte, jugadores como el ala-pívot Amare Stoudemire y el alero Carmelo Anthony, de los Knicks de Nueva York, en sendas entrevistas concedidas a la cadena de televisión ESPN, han declarado que los profesionales podrían formar su propia liga si no se soluciona el conflicto laboral.

«Estamos dispuestos a formar nuestra propia liga para que los aficionados puedan disfrutar del baloncesto», declaró Stoudemire, que al igual que Anthony no considera jugar en el extranjero como han hecho ya otras figuras de la NBA.

El proyecto de una liga paralela formada por los propios jugadores no es precisamente la mejor solución para los profesionales de la NBA y de ahí que el director ejecutivo del sindicato, Billy Hunter, haya establecido una reunión en Los Ángeles para explicar donde se encuentra situado actualmente el conflicto.

Hunter quiere dejar bien claro a todos los profesionales en el encuentro cara a cara los detalles de donde se encuentra la posición de la liga y la del propio sindicato.

Otro objetivo de la reunión es reafirmar la unidad que hay en torno a la gestión que realiza el sindicato y reiterar que su disolución como habían pedido algunos de los agentes más importantes ya no es la mejor opción para sus intereses.

Mientras la sociedad estadounidense muestra su rechazo a este tipo de conflictos laborales de profesionales que tienen salarios millonarios cuando en el país hay 14 millones de parados y más de 46,2 que viven en la pobreza, el mayor número en 52 años.

Tampoco entienden cómo en las negociaciones entre dueños y jugadores nunca se habla de reducir los costos que tienen que pagar los aficionados por ir a ver los partidos de baloncesto, que cada vez se hacen más prohibitivos.

Pero quizás lo que más frustra y ofende a los estadounidenses es que la mayoría de los nuevos campos que han sido construidos por los distintos equipos de la NBA fueron financiados con impuestos locales, que les toca pagar a todos los residentes.

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