¿Rápido o lento?

Por David Ochoa

Años atrás el hipnotista español Tony Kamo hizo popular esta pregunta, para elegir de cómo hipnotizaría a las personas. Cuando el público le contestaba “rápido”, bastaba un chasquido o una palabra del español para que la persona caiga dormida. La opción “lenta” implicaba un discurso somnoliento y repetitivo hasta que el “paciente” quedaba a órdenes del hipnotista. El mismo dilema (rapidez versus lentitud) enfrenta el gobierno en materia de recursos naturales, justicia y política comercial.

Para los ideólogos de la revolución ciudadana, el Estado debe intervenir en la economía para pasar del llamado modelo extractivista a un modelo de economía fundamentalmente ligado a la exportacion de bio conocimiento y servicios turísticos. La primera gran ruptura al interior del gobierno se dio entre quienes propugnan abandonar lo más pronto posible el extractivismo y quienes buscan aprovechar los recursos naturales no renovables para acumular recursos para invertirlos en la transformación del modelo económico. Eso de “sembrar el petróleo para salir de la pobreza” fue un pretexto ya usado por la dictadura militar de Rodríguez Lara y sus resultados (contaminación, captura de renta y mayor desigualdad) son ejemplos tomados por la visión de rápido abandono del extractivismo para refutar la visión de extraer recursos “por esta última vez”. El abandono pausado del extractivismo sacó ya a Alberto Acosta. Del destino de la iniciativa Yasuní-ITT dependerá la salida de otras figuras de corte más ecologista.

En el cambio de la justicia, la opción rápida triunfó primero cuando se redujo el número de magistrados de la Corte Nacional de Justicia, mediante un artículo del Régimen de Transición, que obtuvo una votación dividida: por un lado César Rodríguez buscaba cambiar toda la Corte y Acosta, con Mónica Chuji, votaron por no tocar la Corte Suprema, aunque perdieron. Y un cambio más rápido ocurrió en la justicia: con una consulta popular se cambió de un plumazo la Constitución, el Código Orgánico de la Función Judicial y al Consejo de la Judicatura. Se supone que en 18 meses el cambio de la justicia debe estar enrumbado. El camino rápido en la justicia implicó la costosa salida de Betty Amores y de Ruptura.

Cuando académicos, los ideólogos del gobierno han criticado fuertemente la dependencia del comercio exterior ecuatoriano de los mercados estadounidense y europeo. Ya en el gobierno, han invertido, año tras año, tiempo y esfuerzos en renovar las preferencias del ATPDEA (EE.UU.). La concentración de mercados es negativa porque disminuye la capacidad de negociación del país dependiente, beneficia a los exportadores históricos en perjuicio de nuevos exportadores y disminuye la diversidad de productos. El diagnóstico del gobierno señala que es necesario disminuir esa dependencia, pero parece no haber un consenso sobre si hacerlo rápido o lento.

Quienes defienden una salida inmediata de la dependencia de mercados desdeñan la importancia de la ATPDEA y cuestionan el sentarse a negociar con una Europa que parece establecer condiciones iguales a las concedidas a Colombia y Perú en sus tratados de libre comercio. La salida lenta implica mantener los mercados existentes mientras se amplían otras oportunidades de negocio, no sólo en otras geografías, sino llevando otros productos (de mayor valor agregado) a los mercados usamericano y europeo.

Quienes critican la via rápida para eliminar la dependencia de mercados ven como una utopía cambiar los destinos y un esfuerzo innecesario, dado que los mercados naturales de nuestros productos son los destinos ya abiertos. En cambio, el llamado “cambio lento” puede ser una estrategia dilatoria para mantener la concentración de mercados, para perennizar la concentración de productos y de empresas.

Correa ha definido como “revolucionario” a un cambio rápido, radical y profundo de una situación en el país. El cambio “rápido” escogido para la justicia encaja en la definición de revolucionaria (con todos los riesgo que implica), pero el cambio escogido para salir del extractivismo es lento. Aún no se puede saber con certeza si el camino escogido por Correa en materia de comercio exterior será el rápido o el lento.

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