Gran expectativa por la llegada del 11/11/11

Cuando falten 49 minutos para el mediodía del viernes se dará una rara cifra que se repite cada 100 años. Los fanáticos de las ciencias ocultas auguran desde el inicio de una nueva era hasta una catástrofe. Mientras que para la mayoría de la gente esta coincidencia de reloj y calendario, que se produce una vez cada cien años, pasará totalmente desapercibida, los numerólogos y otros esotéricos buscan las señales que esto podría tener. Algunos evocan el inicio de un humanismo renovado, de una nueva armonía en el mundo, o incluso ven la apertura de una puerta a otra dimensión o «una revolución de la conciencia«.

Para Mario Liani, numerólogo venezolano y canalizador de la organización Kryon: “Cuando miramos el reloj y vemos que son las 11:11, es nuestro propio progreso espiritual que hace posible esa manifestación, que simplemente es una clave activadora que nos conecta con otras realidades intra-dimensionales». Según Kryon, la clave 11:11 es una secuencia numérica de activación de la manifestación divina y simboliza el despertar espiritual del ser humano y el enfrentamiento a los procesos de cambios relacionados con asumir nuevas posturas individuales que conlleven al rechazo del ego, en favor de asumir posturas de unidad con nuestros semejantes. Involucra cambios a nivel emocional, comprensión espiritual y finalmente, solidaridad, hermandad, trascendencia y principalmente, ascensión.

Miles de aficionados a las ciencias ocultas planean reunirse ese día para ceremonias o danzas. Varias páginas dedicadas a esta fecha han aparecido enFacebook. Los médiums y grandes sacerdotes de lo paranormal más conocidos destacaron la importancia de la «sincronía» del 11/11/11 a las 11H11, como el israelí Uri Geller o la estadounidense Lee Carroll, quien ha escrito diversos libros sobre las «Enseñanzas de Kryon, en las que se habla del significado del 11.11.11.

La clave 11:11 contiene un mensaje explícito relacionado con una serie de acontecimientos y protagonistas que están destinados a cambiar la conciencia de los habitantes del planeta tierra, sostiene Kryon. «El propósito de estos cambios no es otro que la humanidad crezca y evolucione a un nivel superior de conciencia, para que todos tengamos derecho a un mundo mejor en todos los aspectos. El 11, por lo tanto, es el número maestro que simboliza la maestría y el crecimiento espiritual de toda la humanidad”.

Algunos numerólogos atribuyen al número once poderes paranormales que proporcionan un canal de comunicación con el subconsciente. En internet está lleno de blogueros que insisten en el carácter místico de este número que según ellos suele estar asociado a los desastres, como los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Algunos también hacen hincapié en el hecho de que el propio World Trade Center en Nueva York era en sí mismo una reminiscencia del número once. Además, el primer avión de pasajeros en estrellarse contra las torres era el vuelo 11. Otros citan la profecía de San Malaquías, quien en el siglo XI predijo que habría 112 papas antes de un apocalipsis bíblico. Benedicto XVI es el papa número 111.

La fecha 11 ha estado históricamente cargada de significados. Además de los atentados de 2001, el armisticio de la Primera Guerra Mundial se firmó a las 11H00 de la mañana del 11 de noviembre de 1918. «Hay una sincronía interesante en el hecho de que muchos eventos estén asociados con el número 11», observa Ellie Crystal, una bloguera que se presenta como una «exploradora de la metafísica del mundo».

«Celebren las cosas buenas que vendrán», dice Kryon, «porque están en el lugar correcto en el momento correcto: en el sur de Sudamérica. Lo que vieron los ancestros en sus observatorios y escribieron en forma colectiva (incluidos los Mayas) está sobre ustedes, son buenas noticias y reflejan a aquellos que estudiaron y saben lo que estos ancestros dijeron. Está grabado en piedra en los glifos de las pirámides que la tierra se está moviendo hacia el más elevado estado de conciencia que jamás haya tenido».

Sin embargo, para John Hoopes, profesor de pensamiento crítico en la Universidad de Kansas, todas estas teorías seudocientíficas son un ejemplo perfecto del «sesgo de confirmación de la hipótesis». Según dijo, es la tendencia a privilegiar la información que confirma las ideas preconcebidas, sin tener en cuenta a aquéllas que las contradicen.

 

 

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