Por Joaquín Hernández
Una investigación de percepciones de un país es un espejo del país. No siempre el espejo muestra lo que se supone debería mostrar. La semana pasada, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) presentó en Guayaquil en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, UEES, el libro Ecuador, las Américas y el mundo. Opinión pública y política exterior, de los expertos Beatriz Zepeda y Luis Verdesoto.
El libro es el resultado de un proyecto de investigación coordinado por Flacso que busca obtener información acerca de la actitud y percepciones de una muestra representativa de la población del país sobre temas de política exterior y relaciones internacionales del Ecuador. La encuesta de opinión que constituye al proyecto de investigación, sitúa las actitudes y percepciones de los ecuatorianos sobre cuatro ejes temáticos: el grado de apertura hacia el exterior (aislacionismo versus intervencionismo); la posición desde la que se observa a la política exterior (realismo versus idealismo); la coincidencia o discrepancia frente al tema de la cooperación (unilateralismo versus multilateralismo) y tipo de alineación (simpatías y antipatías).
El trabajo de Zepeda y Verdesoto constituye el capítulo ecuatoriano de una investigación a nivel regional y fue auspiciado por la Corporación Andina de Fomento, CAF, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Fundación Konrad Adenauer y el Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. El tamaño de la muestra fue de 1574 personas entrevistadas cara a cara en viviendas particulares en 17 provincias del país. Busca contribuir a apoyar la toma de decisiones sobre la política exterior del país, la actualización de una base de datos regional para el estado, la empresa privada y la academia y la definición de una agenda de política exterior.
Entre lo local y lo global podría ser el resumen de la investigación. O en palabras de los autores, «el público ecuatoriano es poco nacionalista en lo económico, conservador en su aceptación de la apertura cultural y considerablemente nacionalista en lo político». Pesimista en cuanto al futuro del mundo pero optimista en relación con América Latina. Con una fuerte identidad nacional sobre las identidades locales que, en palabras de los autores, podría significar que estamos «frente a la presencia de un proyecto de construcción nacional exitoso» que podría sin embargo mostrar a contraluz un menor avance en la formación de regiones económicas y de producción post-tradicionales.
España y los Estados Unidos son los países con mejor percepción por parte de los ecuatorianos mientras que Colombia, Perú y Cuba, en grados y por razones diversas, aparecen con las más negativas. Si bien se constata nada más que una tendencia «tibia» por el multilateralismo, se considera que el libre comercio y la inversión extranjera son buenos para la economía ecuatoriana, los trabajadores, la empresa y el campo del país. Un país en muchos aspectos nuevo, diferente, situado entre lo local y lo global.