Wall Street salva 2011 por poco

Un corredor trabaja con unas gafas para celebrar el fin de año, en el piso donde funciona la Bolsa de Valores de Nueva York (EEUU). Wall Street cerró su última sesión de 2011 con una moderada tendencia bajista en un nuevo día de escaso volumen de contrataciones y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendió el 0,57 % pero acumuló un avance del 1,43 % en el mes de diciembre.

Wall Street logró salvar 2011 con un avance acumulado del 5,53 % gracias al empujón final de la temporada de compras navideñas, y eso a pesar de que este año estuvo marcado por una volatilidad extrema en los mercados debido a la crisis de deuda en Europa y Estados Unidos.

El Dow Jones de Industriales, índice de referencia de la principal plaza financiera del mundo, sorteó las sacudidas que hicieron temblar los cimientos de Wall Street para acabar finalmente con ese sólido avance anual, el tercero consecutivo: el año pasado se revalorizó un 11,02 % y en 2009, el 18,8 %.

Irónicamente, tras los fuertes vaivenes del 2011, el selectivo S&P 500 cerró el año en tablas, ya que apenas restó 0,04 puntos, lo que no supone ningún cambio porcentual, respecto al nivel de cierre de la última jornada del año pasado.

Mientras tanto, el índice compuesto del mercado Nasdaq se depreció el 1,8 % este año, que por otra parte estuvo marcado por la avalancha de compañías de internet a Wall Street, como Groupon, que incluso encendieron las alarmas de una nueva burbuja tecnológica.

«Lo que ha pasado este año es algo que vamos a ver más a menudo en el futuro, y es que la economía estadounidense y en particular los mercados de valores son mucho más dependientes ahora de lo que ocurre en el resto del mundo», explicó a Efe el profesor del centro de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nueva York John Zindar.

Egipto, y la primavera árabe.

El balance final de 2011 no deja entrever las enormes dificultades con las que se han encontrado en el camino los inversores del parqué neoyorquino este año, que muchos iniciaron con la esperanza de que sería el de la consolidación de la recuperación de la economía mundial.

En cambio, han tenido que vérselas con una imprevista «primavera árabe», que disparó los precios del petróleo por encima de los 100 dólares por barril a principios de año; el riesgo a una suspensión de pagos del Gobierno de Estados Unidos en agosto y la primera rebaja de la calificación de su deuda de la historia, acometida por la agencia Standard & Poor’s.

A todo ello se unió un profundo empeoramiento de la crisis de deuda europea, que propició un segundo rescate a Grecia y el miedo a la desintegración de la zona euro, a lo que los líderes europeos respondieron con múltiples cumbres y largas negociaciones de las que finalmente nació un acuerdo para aumentar la disciplina fiscal, aunque sin Reino Unido.

El resultado fue una estampida de los mercados de valores hacia otras inversiones consideradas refugio como el dólar, el petróleo, y en particular el oro, que comenzó a brillar cada vez con más fuerza hasta alcanzar niveles insospechados, como el de los 1.900 dólares la onza hacia septiembre.

Mientras tanto, el parqué neoyorquino vivió una montaña rusa perfecta: por primera vez desde su creación hace 115 años, el Dow Jones encadenó en agosto cuatro jornadas consecutivas con movimientos superiores a los 400 puntos y el índice de volatilidad CBOE alcanzó cotas desconocidas desde el «flash crash» de 2010.

La crisis de deuda de la zona euro golpeó con toda su fuerza al sector financiero de Wall Street, que respondió con fuertes sacudidas a cada noticia procedente del Viejo Continente, por lo que ha caído el 18 % en 2011 y Bank of America ha sido el peor componente del Dow Jones con una caída acumulada del 58,32 %.

Los ministros de la Eurozona, reunidos ante la crisis.

«De cualquier modo, la posibilidad de una desintegración de la zona euro es muy pequeña, porque a China, Estados Unidos y particularmente a la Unión Europea les interesa que eso no suceda», añadió Zindar, quien ve ahora con mayor preocupación la situación de la primera economía mundial.

«EE.UU. ha tenido suerte porque con los problemas del euro el dólar ha parecido más estable este año. Pero si los europeos logran soluciones y se estabiliza la situación, entonces EE.UU. va a tener que preocuparse más de reestructurar su economía y reducir sus niveles de deuda y déficit», añadió el experto.

Los alentadores datos macroeconómicos difundidos en el último mes en este país parecen, a juicio del profesor, más ligados al frenesí de la temporada de compras navideñas que a una verdadera recuperación de la economía estadounidense.

Por ello, Zindar, al igual que un consenso de analistas económicos de Wall Street, prevé que en 2012 «continuará la extrema volatilidad que hemos visto particularmente en los últimos seis a ocho meses». EFE

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