Madrid y Barça sobreviven al frío y no ceden en su lucha

La primera parte del fin de semana deportivo ofreció un nuevo episodio del duelo de los dos gigantes del fútbol español en su carrera hacia el título de la Primera División nacional. Real Madrid y Barcelona afrontaban una jornada importante, señalada en el calendario como una de las batallas que podría decidir el destino final de la Liga BBVA. Los merengues, que arrancaron la jornada siete puntos por delante del Barça, visitaban el Coliseo Afonso Pérez avisados de la efectividad de su rival en su estadio -ganaron a los catalanes en la primera vuelta- en busca de tres puntos de oro para confirmar la ventaja obtenida tras el pinchazo del club barcelonés den la pasada jornada.

Frío polar, un estadio semi vacío, la intensidad de once gladiadores motivados y la relajación por el colchón obtenido en la tabla clasificatoria. A estos elementos se enfrentó el Real Madrid en la vigésimo segunda jornada del la temporada. Mourinho dispuso un once de calidad con el aditivo del músculo de Lass en la medular. El resultado fue el control casi absoluto del partido -salvo la primera llegada del Getafe en los pies de Barrada-.

El mal estado del césped y el viento que azotaba el pueblo madrileño complicaba la precisión de ambas escuadras, lo que benefició al Madrid, curtido en mil batallas, con jugadores de calidad capaces de adaptarse y bajar al barro para luchar por los tres puntos.

De este modo, con más llegadas visitantes que locales, aunque en cualquier caso resultaron escasas, Ramos marcó el único gol del partido en un saque de esquina lanzado por Özil. A partir de este instante, el conjunto blanco aplicó el fútbol control y se fueron con la sensación del trabajo bien hecho, con su máximo rival a diez puntos.

El Camp Nou vivió un partido más incómodo de lo esperado, que por poco se tornó en dramático. La Real Sociedad se plantó atrás y lanzaba rápidas contras que Valdés salvó en dos ocasiones.

El once de Guardiola, plagado de suplentes por la estrategia de las rotaciones, no gozó de la fluidez combinativa usual y las ocasiones no eran tan claras como de costumbre. Sin embargo, la velocidad de Tello -autor del primero- y el desborde y afán goleador de Messi -que hizo el segundo- parecía suficiente para concluir el choque con tranquilidad.

Sin embargo, el gol de Carlos Vela provocó que la incertidumbre se apoderara del coliseo catalán. El actual campeón de Liga se olvidó de la posesión del balón, se encerró atrás y sufrió de lo lindo para mantener loos tres puntos en casa. Finalmente, los blaugrana permanecen siete puntos por debajo del líder.

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