Hijo de Gustavo Cerati afirma que lo visita «aguantando la pena»

Benito Cerati, el hijo de 18 años del músico y cantante argentino Gustavo Cerati, habló por primera vez hoy con un medio de comunicación y aseguró que las veces que visita a su padre «lo hace aguantando la pena».

En declaraciones que difunde la página digital del diario La Tercera, el muchacho reconoce que visita a su padre regularmente -en compañía de toda la familia- en la clínica de Buenos Aires, donde aquel se encuentra postrado.

Sobre la condición médica del exintegrante de la banda de rock en español Soda Stereo, Benito hace hincapié que «no hay nada más para decir», sólo que intentan adaptarse «a la situación».

«No puedo, en realidad, aportar mucho más a lo que ya se ha dicho, salvo que yo lo sigo teniendo siempre presente en todo lo que hago», aseguró el muchacho.

Respecto de su futuro, Benito asegura que se imagina «haciendo música y cantando», y al respecto agrega: «No puedo pensar en otra cosa, así que supongo que sí, que voy a ser músico».

En esta línea, afirma que partió con una guitarra pero que no es ningún experto en algún instrumento, aunque asegura que toca lo suficiente para componer.

Recuerda que su primer disco fue un precoz ejercicio cocinado en la «Casa submarina», el estudio casero que tenía su padre en la vivienda que ocupaban en el barrio Vicente Valdés, en Buenos Aires.

Afirma que lo grabó antes de que sus padres se separarán tras diez años de matrimonio y que lo llamó «Cohete». «No me acuerdo muy bien, me acuerdo de la ‘gira’, que fue en el patio de mi casa», ironiza.

Benito, que nació en noviembre de 1993 en Santiago y quien tiene doble nacionalidad, ya que su madre es chilena, afirma que no sabe las veces que ha cruzado la Cordillera de Los Andes,respecto de lo cual señala que se siente «un puente entre Chile y Argentina».

Los pocos medios que han logrado conocer a Benito coinciden sobre el gran parecido físico con su padre, aunque el rango más distintivo que comparten es la adicción a los discos.

«La primera música que me compré fue la discografía entera de Jamiroquai y de ahí en más, me hice adicto a comprar música. Abrir un disco, ponerlo en la radio, leer el librillo, es todo un acto sagrado para mí», subraya Benito quien destaca que nunca tuvo chófer, ni mucama, ni guardaespaldas. «Éramos una familia común», apostilla.

Asegura que su padre lo llevó a tanto recital cuando era chico que ya no se acuerda bien, aunque evoca con precisión que «toda la familia estaba en cada concierto» y todos bailaban «como si fuera la primera vez».

Dice que cumplió un sueño personal cuando colaboró con su padre, en dos de los discos que publicó fuera de Soda Stereo. Primero en «Ahí vamos», con la canción «Adiós», y luego en «Fuerza natural», donde compartió firma en «Desastre, Rapto y Sal» y la canción que le dio el título a ese álbum de 2009. EFE

 

Foto: www.lapatilla.com

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