Por Gustavo Domínguez
Quito, Ecuador
El país más populoso del planeta, con un registro nada favorable en sus políticas de respeto a los derechos humanos y con un gobierno marxista leninista de un solo partido, se está tomando el mundo. Su política de no intromisión en temas soberanos de los países con quienes mantiene relaciones de toda índole, sumada a la ventaja de precios en la oferta de sus productos y servicios, han convertido a este estado comunista no solo en el gran favorito de los países en vías de desarrollo, pero también en el principal financista individual de la mayor potencia mundial. Hasta Julio de 2011, China tenía en su poder US $1.2 trillones en Bonos del Tesoro americano y se había convertido en el segundo socio comercial de los Estados Unidos.
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