He terminado de ver los videos que entregó la exjueza Mónica Encalada y me quedé pasmado. Las pruebas acumuladas de la manipulación de la sentencia judicial más mediática de las últimas décadas, solo pueden ser refutadas por medio del descaro: yo no autoricé esa grabación, dice el juez Juan Paredes, confiado en lo que la ley dispone, esto es, que ningún video podrá ser incorporado como prueba de nada, si no cuenta con autorización de la misma parte filmada o por una orden judicial. Le pregunta un periodista si no le preocupa el tema moral y no contesta, evade, se irrita.
“¿Qué estrella cae sin que nadie la mire?” se preguntaba William Faulkner, uno de los más grandes escritores que la especie humana ha producido. Y es muy interesante el tema de las estrellas, a pesar de la pregunta de Faulkner, porque los científicos –desde hace mucho ya- lograron descubrir que gran parte de los astros que observamos en el firmamento de la noche están simplemente muertos. Murieron hace millones de años y las imágenes que tenían cuando existían han viajado un tiempo de incontables años-luz para llegar a nuestros ojos. Son como si fuesen las imágenes de la muerte, del pasado, de todo aquello perdido… Así son, a veces, las imágenes de los políticos que vemos: algo como espejismos, como ilusiones…
En sendas líneas que no sabemos quien escribió, ni el sentimiento que contenía, llegó un mensaje que enchispó los verdes ánimos. Por lo visto existe un Cyrano de Carondelet. Don Rafael por un lado y Don Fernando por el otro, en lugar de tratar esto como Palacio y Asamblea, lo han tratado como si fuese patio y azotea. Los dimes y diretes se cruzan a manera de escritos dejándonos en la duda de si es esto realmente cierto, o, una nueva nueva distorsión de nuestra actual realidad.
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