Fuerte sigilo rodeó la selección del compañero de fórmula de Romney

Una vez que Mitt Romney seleccionó a su compañero de fórmula, la transición cuidadosamente preparada de Paul Ryan —de congresista a candidato a la vicepresidencia— ocurrió en el más profundo de los secretos.

Hace casi una semana, Ryan acudió al aeropuerto O’Hare de Chicago, vestido con una gorra de béisbol y gafas oscuras, para tomar un avión con destino a Nueva Inglaterra. Un joven de 19 años, hijo de un asesor de Romney, recogió al congresista y lo condujo a un encuentro privado en el comedor de sus padres, donde se consumó la selección.

El viernes por la tarde Ryan se escabulló por el bosque situado detrás de su casa en Wisconsin para eludir a un reportero que se había apostado en la calle frente a su residencia y voló discretamente a Carolina del Norte.

Esa noche, cenó una comida rápida traída de un restaurante en un motel de ese estado mientras preparaba su primer discurso como candidato a la vicepresidencia, según un ayudante electoral de Romney que el sábado por la noche contó a los periodistas las peripecias de los desplazamientos de Ryan.

Se tomaron todas estas precauciones para que su selección fuera secreta hasta el último momento: El anuncio se hizo el sábado por la mañana en Norfolk, Virginia, frente al acorazado USS Wisconsin, al compás de la cinta sonora de la película «Air Force One».

Fue la culminación de un proceso metódico y secreto en el que participaron 10 asesores de Romney, un equipo voluntario de abogados, una habitación a prueba de escuchas en la sede de Romney en Boston y una enorme cantidad de documentos sobre los candidatos potenciales.

Al final, la decisión fue única y exclusivamente de Romney: Un candidato conocido por solicitar opiniones de todo tipo, analizarlas y evaluar los riesgos antes de adoptar la decisión final.

Mientras el candidato presidencial republicano se disponía a seleccionar a su compañero de fórmula, se mantuvo en contacto permanente con sus asesores. Se reunieron en grupos reducidos y personalmente con cada candidato. Habló además con otras amistades y confidentes, a quienes solicitó consejo y opiniones.

El propio Romney prefirió tomar la decisión personalmente, pues el riesgo valía la pena.

«Fue una decisión de Mitt», dijo la asesora Beth Myers, que encabezó la búsqueda del candidato a la vicepresidencia. «Siguió su instinto».

Con Ryan, Romney desechó a otros republicanos, entre ellos el senador de Florida Marco Rubio, el senador de Ohio Rob Portman, el ex gobernador de Minnesota Tim Pawlenty, el gobernador de Virginia Bob McDonnell y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie.

Los ayudantes de la campaña dijeron que Romney llamó a los cinco para comunicarles su decisión. Pawlenty recibió la llamada el lunes por la noche, al día siguiente de aceptar la propuesta Ryan y los otros cuatro fueron notificados el viernes, horas antes del anuncio.

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