Obama y Romney, empatados en el voto popular

Washington, 4 nov (EFE).- Los candidatos a la presidencia de EE.UU., el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, librarán en las próximas horas la batalla definitiva de la campaña en un puñado de estados, cuando faltan apenas dos jornadas para el día de la elección. Según el cómputo que realiza regularmente el prestigioso centro de análisis independiente RealClearPoliticsObama y Romney se encuentran ahora empatados en el favor popular a nivel nacional, con un 47,4 % de apoyo el primero y un 47,3 % el segundo.

Pero en votos del Colegio Electoral, el presidente tendría asegurados ya 201 votos, de los 270 necesarios para ganar la Casa Blanca, mientras que Romney partiría con diez menos, 191.

El presidente Obama, que aspira a un segundo mandato, recorrerá hoy las localidades de Concord (Nuevo Hampshire), Fort Lauderdale (Florida), Cincinnati (Ohio) y Aurora (Colorado).

Su rival republicano hará lo propio en Des Moines (Iowa), Cleveland (Ohio), Morrisville (Pensilvania) y Newport News (Virginia).

Romney, en Colorado Springs, ayer.

Después de meses de combate dialéctico, cara a cara en los debates y a través de anuncios de televisión, el enfrentamiento ha quedado reducido a muy pocos mensajes esenciales.

Obama, apoyado en su lema «forward» (adelante), ruega a sus compatriotas que no cambien ahora de rumbo, porque la economía, aunque renqueante, se está recuperando y las políticas republicanas de recorte drástico del gasto amenazan con golpear, nuevamente, a los más necesitados.

Por su lado, Romney explota su exitoso currículum como empresario para despertar la esperanza en los estadounidenses, sobre todo en los más de 12 millones de desempleados que tiene el país, de que las cosas «se pueden hacer mucho mejor».

La elección presidencial de 2012 se juega en apenas una docena de estados de los 50 que tiene la Unión, que pueden dar a uno u otro candidato los votos estatales que le faltan para alzarse con la victoria.

El sistema de elección presidencial en los Estados Unidos es indirecto, lo que significa que los ciudadanos eligen en realidad a los 538 miembros del Colegio Electoral que son quienes, en última instancia, eligen al presidente y al vicepresidente.

Por lo general, el candidato que logra el respaldo de la mayoría de los ciudadanos de un estado -lo

Obama, en Fort Lauderdale

mismo da que sea con el 51 % que con el 99 %- se lleva el total de los compromisarios atribuidos a ese estado.

En las cuentas de Obama figuran estados considerados bastiones demócratas inexpugnables, como California, con sus 55 compromisarios, o Nueva York, con sus 29, mientras que en el haber indiscutible de Romney están los 38 votos electorales de Texas o los 16 de Georgia, entre otros.

El sur profundo y las grandes llanuras votan tradicionalmente por los republicanos, mientras que la costa oeste y el noreste se muestran fieles a los demócratas.

La batalla se centra, así, en once estados que pueden oscilar entre uno y otro partido en función de las campañas y de las circunstancias.

Por orden de importancia en términos de votos electorales esos «swing states», o estados bisagra, son Florida (29), Pensilvania (20), Ohio (18), Michigan (16), Carolina del Norte (15), Virginia (13), Wisconsin (10), Colorado (9), Iowa y Nevada (6 cada uno) y Nuevo Hampshire (4).

A ellos están acudiendo, una y otra vez, en los últimos días tanto Obama como Romney, así como sus respectivos compañeros de candidatura, Joe Biden y Paul Ryan, y las personalidades más destacadas de ambos bandos, incluidas las esposas de ambos candidatos, Michelle Obama y Ann Romney.

Si fuera cierto lo que apuntan las encuestas y tanto Florida como Virginia y Carolina del Norte vuelven en esta elección a manos republicanas, entonces el nombre del futuro presidente puede decidirse en Ohio.

No es un capricho que el último día de campaña, el lunes 5, Obama y Romney vayan a coincidir en Columbus, la capital y la ciudad más importante de ese estado del Medio Oeste. EFE

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