Miles de egipcios participan en campaña de desobediencia civil en Port Said

El Cairo, 17 feb (EFE).- Miles de personas se manifestaron hoy en la ciudad egipcia de Port Said en el marco de una campaña de desobediencia civil, convocada por los ultras del equipo de fútbol local en protesta por la falta de justicia tras los últimos disturbios.

Según el diario Al Masri Al Yum, los manifestantes bloquearon temporalmente el edificio de la gobernación y el de la Autoridad Portuaria, así como la vía del tren que une Port Said (noroeste) con El Cairo.

Los ultras del equipo de fútbol Al Masry exigieron el arresto de los policías involucrados en la muerte de manifestantes y evitar la politización del juicio por la masacre del estadio de Port Said en febrero de 2012.

El exjugador de Al Masry, Ibrahim al Masri, citado por el diario Al Ahram, amenazó con «una escalada» en las protestas si no se cumplen sus demandas.

Entre las exigencias de los manifestantes, figura la dimisión del ministro egipcio del interior, Mohamed Ibrahim, y el cese del toque de queda nocturno en la ciudad.

También piden que se nombre a un juez independiente para presidir la investigación en curso sobre la masacre del estadio y que se considere a los fallecidos en los disturbios del mes pasado como «mártires de la revolución», para que las familias sean compensadas económicamente.

El pasado enero, un tribunal condenó a muerte a 21 acusados por su implicación en la muerte de 74 personas en el estadio de fútbol de esa localidad en febrero de 2012.

Los familiares de los detenidos y los seguidores del club de fútbol Al Masry reaccionaron entonces con ira en Port Said y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad en unos choques que se saldaron con más de 30 muertos.

Esos disturbios llevaron al presidente egipcio, Mohamed Mursi, a imponer el toque de queda y el estado de emergencia durante treinta días en las ciudades de Port Said, Ismailiya y Suez, todas ellas en el canal de Suez, unas medidas que han sido ignoradas por la población con nuevas protestas y luego suavizadas por los respectivos gobernadores. EFE

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