
Carlos Larreátegui
Quito, Ecuador
Con el ánimo de explorar directamente las ventajas y desventajas del nuevo aeropuerto, acudí el fin de semana a Tababela junto a cientos de curiosos que llegaron conmigo. A medida que me aproximaba a la zona, fui exorcizando los fantasmas y temores generados durante casi una década de controversias políticas. El tráfico fluía bien y, sobre todo, la constante presencia policial a lo largo de las vías hacía que los conductores mostraran más cuidado y disciplina.
Uno de los factores que ha dificultado constantemente el tránsito por la Vía Interoceánica es la temeridad, prepotencia e indisciplina de los automovilistas. Por ello, no tengo la menor duda de que el nuevo trazado de esta vía, su señalización y la vigilancia policial, la volverán mucho más segura. El único obstáculo que tiene el trayecto es el puente sobre el Chiche. Al llegar a la garganta, las seis vías se convierten en dos, lo que provoca un fuerte embotellamiento.
La vía de ingreso a Tababela es amplia, moderna y rodeada de verdor. Luego de transitar por años por las estrechísimas y congestionadas vías de acceso al antiguo aeropuerto, rodar por esta autopista provoca una sensación de comodidad incomparable. Al cabo de unos minutos aparecen los aviones que ascienden y descienden con holgura y suavidad por las amplísimas pistas construidas en contraste con la vieja terminal que obligaba a los aviones a ‘rozar’ las construcciones y vehículos presentes en la zona. Al contemplar esto, uno toma mayor conciencia de los enormes peligros que acecharon a Quito y la total obsolescencia del antiguo terminal Mariscal Sucre.
La arquitectura y edificaciones de la terminal se asemejan a muchos aeropuertos modernos del mundo. No hay congestionamiento vehicular en los puntos de ingreso o salida de pasajeros, por lo que resulta muy sencillo llegar o partir del aeródromo. Luego del ingreso a la terminal, esperan al pasajero amplios espacios con numerosas butacas que facilitan la tediosa y necesaria espera. No hay las aglomeraciones y empujones a los que estábamos acostumbrados y se percibe bastante orden en las operaciones.
Me siento muy orgulloso de esta obra que se convertirá en un importante factor de desarrollo de mi ciudad. Es verdad que aún existen algunos problemas por resolver, especialmente en lo relacionado con las vías adicionales de acceso. Sin embargo, la inauguración de esta obra marca un salto cualitativo para la capital de los ecuatorianos y representa un gran impulso a las actividades turísticas y exportadoras.
Cuando el ex alcalde y presidente, Sixto Durán-Ballén, construyó el viejo aeropuerto, un torrente de críticas pretendió detener el proyecto. La principal descalificación giró en torno a su tamaño, pues se juzgaba que era desproporcionado y que la ciudad subutilizaría la terminal. Parecería que poco hemos cambiado desde entonces.
* El texto de Carlos Larreátegui ha sido publicado originalmente en El Comercio
LA PERCEPCIÓN SUYA SR. LAREÁTEGUI DIFIERE DE LA MIA ABISMALMENTE. ESTUVE EL DIA LUNES EN EL AEROPUERTO, SALAS DE ESPERA AMPLÍSIMAS, PERO LAS BUTACAS ESCASEAN ANTE LA ALTA AFLUENCIA DE PASAJEROS, LO QUE NOS ABLIGÓ A MI HIJA DE 3 AÑOS Y A MI ESPOSA Y A MI A PERMANECER DE PIE DURANTE 40 MINUTOS DE RETRASO DEL VUELO POR MAL TIEMPO (NEBLINA); LA ARQUITECTURA DEJA MUCHO QUE DESEAR (PISOS DE BALDOSA COMPARADOS CON EL PORCELANATO QUE LUCE LA TERMINAL TERRESTRE DE QUITUMBE, SIN IR MUY LEJOS); AUN SE SIGUE USANDO LOS BUSES QUE LE TRANSPORTAN POR LA PISTA HACIA O DESDE EL AVIÓN POR LA PISTA Y LAS MANGAS DE ACCESO DIRECTO PARECE SER QUE SOLO SE LAS RESERVÓ PARA USO DE LOS VUELOS INTERNACIONALES Y DE LOS VUELOS DE LAN, TOMANDO EN CUENTA QUE ES UN AEROPUERTO «PROYECTADO PARA 50 AÑOS, MODERNO Y EFICIENTE»; Y ES UN ABUSO DESCARADO EL COBRO DESMEDIDO, DESPROPORCIONADO E IRREVERENTE DE LOS VÍVERES Y ALIMENTOS QUE SE EXPENDEN EN LAS INSTALACIONES. TENGO FACTURA CON MI NOMBRE DE UNA LECHE NESQUIK QUE COMPRE PARA MI HIJA, CUYO P.V.P. ES DE $0.70, MARCADO EN EL ENVASE, POR EL CUAL TUVE QUE PAGAR $2.76; LA PROPORCIÓN DE LA GANANCIA ES DEL 400%!!!! NADIE DICE QUE COMPREN PAN PARA VENDER PAN, PERO ESTO ES UN ABUSO AQUÍ O EN LA CHINA. LASTIMOSAMENTE SU ANÁLISIS DEJA MUCHO QUE DESEAR. MIRE UN POCO MAS ALLA DE LAS PALMADITAS EN LA ESPALDA DE LOS ADMINISTRADORES GUBERNAMENTALES DE TURNO.
ERES UN COMPLETO ATRASAPUEBLO….
DEBERIAS DE VIVIR EN LOS ARRABALES QUE ES DONDE MERECES ESTAR!!
Muy buen artículo. Espero que mejoren las cosas que falten, pero en todo caso es mejor que esté lejos a que sea un peligro para personas que viven cerca del aeropuerto o en la González Suárez.
Difiero sustancialmente de su comentario. Esa
vision parroquiana de creer que porque es nuevo y de hormigón debe ser
cualquier cosa, no importa que sea un atraco, lo importante es que se haga,
como se dice últimamente de la obra pública. Tampoco es un problema de quejas sino de hacer las cosas bien y con
criterio. Y claro sin auditorias constructivas independientes esta obra quedará
como un buen negocio más para los constructores y la concesionaria. Al estar en
el nuevo aeropuerto ya observe varias cosas que me preocuparon, desde los
materiales de construcción, el tamaño, los servicios y algo fundamental, la
estética. Si hubieran convocado a un concurso para el diseño no habrian hecho
semejante despropósito, cuando vi la maqueta inicial ya tuve esa mala impresión, pero
en la realidad es peor, es un galpón. Hay muchos detalles de fondo y forma que
no justifican semejante costo del nuevo aeropuerto. Podría abundar en ellos, la
superficie, los espacios, la luz de la construcción, las areas verdes internas, las
palmeras en la vía( a lo Miami, como que eso no refleja la biodiversidad tan bella de Quito)
la única escalera mecánica, los pisos, los baños pequeños, las bancas y
pasajeros apelotonados, los parqueaderos y el espacio para peatones, etc. Lo
que abona a falta de identidad es que los que ingresan o salen de la terminal
lo primero que ven es un «Mall», si un centro comercial, ahora en
construccion, quien lo habrá diseñado así?. Pero claro, difícil que
logremos que las cosas se hagan bien con quienes aplauden cualquier cosa, no será
la distancia sino otros elementos lo de fondo. No son muy buenas las
comparaciones pero ya que lo hacen otros aeropuertos del mundo, de El Dorado de Bogotá o Jorge Chávez de Lima , que no son comparables por el tamaño
y movimiento, mejor comparemoslo con una terminal
que se inauguró hace poco, la del Aeropuerto de Carrasco, en Montevideo. No es
por nada pero cuando las cosas se hacen bien los resultados son distintos. Hay
que investigar un poco y no conformarnos con los limites de nuestros
administradores ni de sus discursos que ocultan desaciertos. En Montevideo el
diseño se nota que lo hizo un arquitecto con mucho criterio y buen gusto, y
esto sin comparar costos y capacidades. Aquí un enlace a un aeropuerto moderno, funcional y sobre todo estético.
http://www.aeropuertodecarrasco.com.uy/galeria-de-fotos.php
Difiero sustancialmente de su comentario. Esa
vision parroquiana de creer que porque es nuevo y de hormigón debe ser
cualquier cosa, no importa que sea un atraco, lo importante es que se haga,
como se dice últimamente de la obra pública. Tampoco es un problema de quejas
sino de hacer las cosas bien y con criterio. Y claro sin auditorias
constructivas independientes esta obra quedará como un buen negocio más para
los constructores y la concesionaria. Al estar en el nuevo aeropuerto ya
observe varias cosas que me preocuparon, desde los materiales de construcción,
el tamaño, los servicios y algo fundamental, la estética. Si hubieran convocado
a un concurso para el diseño no habrian hecho semejante despropósito, cuando vi
la maqueta inicial ya tuve esa mala impresión, pero en la realidad es peor, es
un galpón. Hay muchos detalles de fondo y forma que no justifican semejante
costo del nuevo aeropuerto. Podría abundar en ellos, la superficie, los
espacios, la luz de la construcción, las areas verdes internas, las
palmeras en la vía( a lo Miami, como que eso no refleja la biodiversidad
tan bella de Quito) la única escalera mecánica, los pisos, los baños pequeños,
las bancas y pasajeros apelotonados, los parqueaderos y el espacio para
peatones, etc. Lo que abona a falta de identidad es que los que ingresan o salen
de la terminal lo primero que ven es un «Mall», si un centro
comercial, ahora en construccion, quien lo habrá diseñado así?. Pero
claro, difícil que logremos que las cosas se hagan bien con quienes aplauden
cualquier cosa, no será la distancia sino otros elementos lo de fondo. No son
muy buenas las comparaciones pero ya que lo hacen otros aeropuertos del mundo,
de El Dorado de Bogotá o Jorge Chávez de Lima , que no son comparables por el
tamaño y movimiento, mejor comparemoslo con una terminal que se inauguró hace
poco, la del Aeropuerto de Carrasco, en Montevideo. No es por nada pero cuando
las cosas se hacen bien los resultados son distintos. Hay que investigar un
poco y no conformarnos con los limites de nuestros administradores ni de sus
discursos que ocultan desaciertos. En Montevideo el diseño se nota que lo hizo
un arquitecto con mucho criterio y buen gusto, y esto sin comparar costos y
capacidades. Aquí un enlace a un aeropuerto moderno, funcional y sobre todo estético.
http://www.aeropuertodecarrasco.com.uy/galeria-de-fotos.php
OPINANDO CON COHERENCIA…MUY BIEN
JAJAJ YA TE VOY A PONER UNA PLACA PARA TI COMO ESTA EN EL AEROPUERTO.
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