Nadal puja de nuevo por el trono

Siete meses apartado de las canchas de tenis por una rotura parcial del ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda le han hecho caer hasta el número cinco de la ATP, pero está en la senda para recuperar la condición de mejor raqueta del mundo. Tres torneos disputados y dos títulos conseguidos de forma consecutiva en Sao Paulo y Acapulco, éste último derrotando de forma apabullante a su compatriota David Ferrer (6-0 y 6-2), número cuatro del mundo, han hecho que Rafael Nadal recupere la confianza pese a jugar todavía con dolor. Vuelve a ser ganador y puja de nuevo por el trono.

El tenista español parece carburar poco a poco, después de un partido casi perfecto en el que mostró la garra, el empuje y la ambición de siempre. “Jugué como si esos siete meses no hubieran existido, pero existieron. Hay que tenerlos presentes, porque todo lo negativo se puede convertir en algo positivo si todo evoluciona bien” analizó Nadal, que muestra dudas sobre si sería capaz de derrotar a un top-3 o, lo que es lo mismo, Novak Djokovic, Roger Federer o Andy Murray: “Está difícil, pero he ganado al número cuatro del mundo y del cuatro al tres no hay mucha diferencia. Ferrer es uno de los mejores y más completos tenistas del mundo”.

Con su título número 52 en el bolsillo, comienza esta misma semana la gira estadounidense sobre cemento con parada en el torneo de Indian Wells (desde el día 7 al 17). “Me encanta este torneo y me apetece seguir compitiendo. La rodilla me ha respondido bien esta semana y esperemos que todo siga por el mismo camino ahora sobre pista dura. Tengo que hacer caso a mi corazón y este me dice que tengo que seguir compitiendo, que necesito ir al siguiente torneo”, señaló a punto de viajar al torneo californiano.

Antes una parada en Nueva York, porque hoy se medirá a Juan Martín del Potro en una exhibición en el Madison Square Garden sobre pista dura para ir recuperando sensaciones sobre la misma superficie en la que disputará su primer Masters 1000 de la campaña. De paso, se embolsará un millón y medio de dólares (1,15 millones de euros).

Más relacionadas