PARIS (AP) — Stella McCartney hizo una limpieza profunda para la presentación de su colección otoño-invierno en París, reemplazando su viejo guardarropa con una línea de confección que tuvo más texturas y formas que lo usual.
La diseñadora recreó el clásico traje sastre británico dándole una nueva forma y solapas exageradas.
«Quería algo nuevo pero de una forma clásica», dijo McCartney entre bambalinas en la neobarroca Opera Garnier de París. «Las mujeres tienen un lado masculino y si lo explotas encuentras otro lado de ti».
Pero para McCartney, la más femenina de las diseñadoras, las alusiones a la ropa masculina fueron sólo una insinuación. Su sello se mantuvo relajado, con siluetas suaves y cortes circulares en satén duquesa y seda cloqué jacquard.
La pasarela comenzó una media hora tarde y retrasos como ese suelen molestar al público de la moda, pero no cuando la diseñadora está esperando por su padre, Paul McCartney.
El ex Beatle llegó tarde y se le escuchó decir «camina, camina, camina como una modelo» mientras se pavoneaba dramáticamente para encontrar su asiento. Su andar provocó sonrisas en la primera fila, en la que estaba el cantante de U2 Bono con su esposa y la ex chica Rolling Stone Mariane Faithfull.
Entre los asistentes también se pudo ver a Jessica Alba, Nicole Richie y la supermodelo rusa Natalia Vodianova.
La colección incluyó piezas de tonos vibrantes, como fucsia en vestidos y sacos exagerados con frentes voluminosos.
Algunos de los modelos se combinaron con bandas elásticas deportivas, calificadas por un editor de moda como «elastic fantastic» para acentuar una silueta de pera sedosa.
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