Francisco llamó a Buenos Aires en la medianoche y conmocionó la vigilia

Buenos Aires, 19 mar (EFE).- La voz de Francisco sorprendió esta madrugada a miles de fieles que seguían la vigilia convocada en la Plaza de Mayo de Buenos Aires arropados con mantas, sacos de dormir y banderas vaticanas para combatir el frío de la noche a la espera de la misa que inauguró el Pontificado del primer Papa argentino.

La plaza enmudeció de golpe para escuchar a Jorge Mario Bergoglio, que les bendijo y les pidió un favor: «No se olviden de este obispo, que está lejos y les quiere mucho. Recen por mí».

«Caminemos todos juntos. Cuídense los unos a los otros. Cuídense entre ustedes, cuiden a la familia, a la vida, a la naturaleza», retumbó la voz del Papa, que telefoneó por sorpresa a la Catedral de Buenos Aires en mitad de la noche argentina.

La llamada del Papa desató una ovación cerrada y provocó algún que otro desmayo por bajadas o subidas de tensión y taquicardias, según explicó a Efe el coordinador de Cruz Roja, Abel Martínez, que apuntó que fueron asistidas «entre 40 y 50 personas», en su mayoría por hipotermia, aunque sólo dos necesitaron ser trasladadas en ambulancia hasta un hospital, detalló Martínez.

Buena parte de los fieles que se sumaron a la vigilia para seguir la misa en directo a través de las cuatro pantallas gigantes instaladas en la plaza llegaron antes de la medianoche y han permanecido en vela durante horas a la espera de la ceremonia que marca el inicio del Pontificado de su compatriota.

«Tenemos frío, sueño y hambre, pero ha sido una noche muy emocionante. Estamos orgullosos de tener un Papa argentino y queríamos formar parte de este momento histórico», explicaban Agustina y Milagros, dos universitarias porteñas.

«Siento una felicidad tremenda. A mi edad ya me quedan pocas ilusiones y no creía que me iba a llover este regalo del cielo», confesó Josefa, una anciana de 88 años con los ojos borrosos por las lágrimas y una estampita del Santo Padre entre sus manos trémulas.

La vigilia incluyó oraciones, proyecciones de las intervenciones del Papa desde su designación y actuaciones musicales, como la del grupo rockero «Padre César y los pecadores» y el cantante Axel.

La mayoría de fieles combatió el frío y el sueño «tomando mate» caliente, una de las pasiones del papa Francisco.

Además de rezar, los argentinos tuvieron oportunidad de seguir los dictados del Pontífice y donar alimentos a través de la iniciativa de la ONG Red Solidaria, que instaló un camión en la plaza que terminó repleto de comida para los barrios más pobres de la ciudad.

«Han traído sobre todo fideos, azúcar, arroz, harina y leche», señaló María, una de las voluntarias.

«La generosidad que reclama el Papa es un mensaje muy importante para los jóvenes, que a menudo nos dejamos llevar por el egoísmo y el consumismo», dijo Manuel, estudiante de 17 años envuelto en una bandera blanca y amarilla, los colores del Vaticano.

«Además me gusta su humildad, de la que deberían, deberíamos, aprender los porteños», añadió entre risas este adolescente.

Finalizada la entrega de los símbolos del ministerio petrino y la misa solemne de inicio del Pontificado, los fieles desalojaron la plaza en una lenta y ordenada procesión. EFE

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