Bancos de Chipre reabrirán mañana

NICOSIA, Chipre (AP) — Todos los bancos de Chipre, salvo los dos más grandes, reabrirán sus puertas mañana luego de haber cerrado hace más de una semana para evitar una corrida bancaria debido al temor de los clientes a perder parte de sus ahorros.

La decisión de reabrir los bancos a las 08h30 fue anunciada después que los 17 ministros de finanzas de la eurozona llegaron a un acuerdo en la madrugada en torno a la situación del país del Mediterráneo en una reunión en Bruselas. Chipre accedió a reducir su enorme sector bancario e infligir fuertes pérdidas a los grandes depositantes en los bancos en problemas para asegurar la recepción de un rescate financiero por 10.000 millones de euros (13.000 millones de dólares).

El acuerdo llegó menos de 24 horas antes de que el Banco Central Europeo retirara su financiamiento de emergencia para los bancos chipriotas, el cual proporciona al Banco Central de Chipre con el fin de que lo distribuya. Eso habría provocado la quiebra de los bancos, arrastrando consigo al resto de la economía y probablemente habría obligado al país a abandonar la eurozona.

Varias horas después de que el acuerdo en Bruselas fue anunciado por primera vez, el Banco Central Europeo canceló su amenaza y dijo que «decidió no objetar» que el Banco Central de Chipre siga proporcionando crédito de emergencia.

Como parte del proceso de reapertura, un funcionario del BCE dijo que el banco Laiki, que será reestructurado, y el Banco de Chipre permanecerán cerrados hasta el jueves, al tiempo que el límite de retiro de 100 euros (130 dólares) por día en los cajeros automáticos seguirá en vigor hasta entonces.

En un anuncio más tarde, el presidente Nicos Anastasiades dijo que el banco central impondrá ciertos límites en las transacciones bancarias a partir del martes. No especificó qué limitantes se impondrán.

Es una «medida muy temporal que será relajada gradualmente», afirmó.

Las instituciones financieras del país han estado cerradas desde el 16 de marzo luego que Chipre y sus acreedores internacionales no lograron ponerse de acuerdo sobre un plan para recaudar fondos con el fin de que la isla pudiera cumplir los requisitos que le permitieran recibir un paquete de rescate.

Los cuentahabientes se alarmaron cuando las autoridades anunciaron hace poco más de una semana que, para que Chipre estuviera en condiciones de recibir el dinero que le permita recuperarse, recaudaría fondos valiéndose de una incautación de hasta el 10% de todos los depósitos bancarios. Los legisladores rechazaron rotundamente el plan y los bancos permanecieron cerrados mientras los políticos pensaban en una alternativa.

Bajo el nuevo proyecto acordado en Bruselas, el grueso de los fondos será obtenido incautando dinero en las cuentas que tengan más de 100.000 euros en el Laiki y el Banco de Chipre, mientras que el resto provendrá de aumentos fiscales y privatizaciones.

Los tenedores de bonos, así como la gente y las empresas con más de 100.000 euros en sus cuentas en Laiki, enfrentan pérdidas significativas. El banco será clasificado de inmediato como un banco en mal estado que contiene depósitos sin garantía y activos tóxicos, mientras que los depósitos con garantía serán transferidos al mayor prestamista del país, el Banco de Chipre.

Los depósitos en ese banco que rebasen los 100.000 euros quedarán congelados hasta que se determine qué se hará o a qué grado serán obligados a asumir pérdidas. A la larga, dichos fondos serán convertidos en acciones del banco.

Aunque Chipre ha escapado a la perspectiva de una bancarrota inminente, el ánimo en Nicosia era sombrío.

«Esta decisión es dolorosa para el pueblo chipriota. Esta decisión fue una derrota de la solidaridad, de la cohesión social, que son libertades fundamentales, principios fundamentales de la Unión Europea», dijo el presidente del Parlamento, Yiannakis Omirou, a la AP.

«Por ello, debemos preparar lo antes posible nuestra economía para salir del mecanismo y de la troika», agregó, en referencia al acuerdo de rescate y la delegación tripartita integrada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el BCE, que supervisan la adopción de las medidas de rescate.

Algunos chipriotas intentaban mostrarse optimistas.

«Creemos en nuestro pueblo. La gente trabajará duro de forma que podamos ponernos de pie de nuevo», dijo Nicos Andreou Theodorou, un habitante de Nicosia.

Jeroen Dijsselbloem, el ministro holandés que preside el Eurogrupo, dijo que la medida para infligir pérdidas a los accionistas bancarios, los tenedores de bonos e incluso los propietarios de grandes depósitos debería convertirse en el enfoque que adopte el bloque para hacer frente a los deudores. Las autoridades de la UE habían dicho anteriormente que se trataba de una «medida única».

Sus comentarios provocaron una aguda caída en las acciones bancarias en toda Europa, en especial en países financieramente débiles como Italia y España.

La canciller alemana Angela Merkel insistió en que «el resultado que se encontró es correcto».

«Hace también que los que ayudaron a provocar estos hechos indeseables asuman su responsabilidad. Así es como debe de ser», agregó.

Alemania insiste desde hace tiempo que los bancos de Chipre, que atrajeron a inversionistas extranjeros al ofrecer elevadas tasas de interés, necesitan contribuir al rescate.

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