Cancelando una deuda pendiente

Gustavo Domínguez
Quito, Ecuador

El gobierno de la Revolución Ciudadana, finalmente, ha iniciado el proceso de cancelar la deuda pendiente que mantenía con el sector de comercio exterior ecuatoriano.

El Presidente Correa, ha dado importantísimos pasos en estas últimas semanas en lo concerniente al rescate de este sector, que tenía el injusto tratamiento, similar a  aquel que el dicho popular muy sabiamente refiere como que al pariente pobre nadie lo reconoce. Y es que con la franqueza que requiere el tema, esa era la relación que este sector parecía tener bajo una institución cuyo objetivo central es el de la política internacional, donde el peso fundamental de sus funciones se encuentra en el ámbito político y diplomático.  Especialmente en una cancillería fuertemente marcada por conceptos ideológicos y posturas políticas. El comercial, requiere de otro tipo de enfoques, tanto en el ámbito internacional, como en los temas transversales e interinstitucionales a nivel interno.

El fortalecimiento de la institucionalidad de este sector, sumados a la decisión presidencial de atender con mayor decisión política a los acercamientos y acuerdos que se necesitan con la Unión Europea y con otros bloques comerciales y socios comerciales, le abren las puertas al sector de comercio exterior de un proceso de fortalecimiento, tecnificación y de competencias claras; elementos que se requería a gritos optimizar.

El presidente, sabiamente ha reconocido, que el factor suerte hasta ahora ha  jugado un papel fundamental en el desarrollo y fortalecimiento de este sector, tan importante para la estructura de un sistema dolarizado en el que se requiere de mucho tino para mantenerlo fuerte y saludable. El Viceministerio de Comercio Exterior ha jugado un papel de suma importancia, para que con las pocas herramientas con que contaba se haya emprendido un proceso de diversificación de mercados y crecimiento del comercio, sin embargo de que muchos temas le eran adversos.

Cualquier política pública que pretenda mejorar nuestra inserción estratégica en los mercados internacionales, demanda primeramente de una fuerte institucionalidad, con competencias claras y estables. Se requiere que el comercio exterior sea administrado por un organismo técnico especializado, donde temas tan importantes como la coordinación interinstitucional y la continuidad, se constituyan en factores claves de las estrategias que se pretenden emprender en cada una de las competencias de este importante sector, que es pieza fundamental de un proceso tan históricamente significativo, como lo es el cambio de la matriz productiva.

La institucionalidad del comercio exterior demanda primeramente del reconocimiento de que nuestra realidad y prioridades son diferentes a cualquier modelo del que se pretenda tener como ejemplo. Necesita girar tanto en el desarrollo de nuestros sectores e industrias estratégicas, como en las relaciones económicas e integración internacional, sin olvidar que tanto el incremento de nuestros productos exportables, como la sustitución selectiva de importaciones son prioridad en el modelo de desarrollo humano de los ecuatorianos.

@gusdominguezm

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