
«La ofensa es a todas las naciones latinoamericanas y en especial al pueblo boliviano y por eso obviamente tenemos que estar allá», dijo Fernández en declaraciones a periodistas.
Fernández dijo que dialogó sobre esa propuesta con sus colegas de Ecuador, Rafael Correa, y de Uruguay, José Mujica, quienes estuvieron «totalmente de acuerdo».
Añadió que en la tarde de hoy tenía previsto comunicarse con sus pares de Chile, Sebastián Piñera, y de Perú, Ollanta Humala.
En tanto, la Cancillería argentina expresó en un comunicado la «indignación y profundo rechazo» del Gobierno argentino «por la revocatoria sorpresiva de permisos de sobrevuelo y aterrizaje e intento de revisar la aeronave presidencial» en la que se trasladaba Morales y su comitiva.
El Gobierno argentino manifestó su «mayor solidaridad con el pueblo» de Bolivia, su Gobierno y «en particular» con Morales por «acciones que constituyen actos inamistosos e injustificables».
«Argentina demanda el esclarecimiento de tales hechos a fin de que no se mantengan impunes así como el inmediato desagravio al pueblo boliviano y su presidente por los responsables de tan lamentable situación», concluye el comunicado oficial.
Morales viajó a Rusia para participar en una reunión de países productores de gas, pero a su retorno, permaneció varado 13 horas en el aeropuerto de Viena después de que Portugal, Francia e Italia le impidieran aterrizar o sobrevolar sus territorios.
El Gobierno boliviano calificó el hecho de «secuestro» y cree que se debió a que había «sospechas infundadas» de que el avión presidencial transportaba al extécnico de la CIA Edward Snowden, requerido por EE.UU. por revelar información secreta. EFE