
México (AP) — Las autoridades mexicanas localizaron una fosa clandestina con varios cuerpos en las afueras de la ciudad de México y ahora investigan si los restos pertenecen a algunos de los 12 jóvenes secuestrados hace casi tres meses en un bar de la capital del país.
Sin embargo, familiares dijeron que todavía tienen esperanza de que se no trate de sus seres queridos desaparecidos en un caso que ha mantenido la atención tanto por el número de personas involucradas como la manera en que ocurrió, a plena luz del día.
El procurador capitalino Rodolfo Ríos dijo el jueves en rueda de prensa que al menos siete cuerpos fueron recuperados de la fosa en Tlalmanalco, municipalidad del Estado de México, que bordea la capital, y que la identificación de las víctimas a partir de pruebas de ADN podría demorar al menos dos días.
Ríos dijo que los restos no pueden ser identificados sólo por la ropa y también se debe esperar a la autopsia para determinar la causa de muerte.
Mientras, el procurador general Jesús Murillo Karam dijo a reporteros que agentes de la corporación federal investigaban un caso de tráfico de armas, no el caso de los jóvenes, cuando descubrieron la fosa.
Ríos dijo que dos personas que viven en la zona de Tlalmanalco fueron detenidas por autoridades federales cuando estaban cerca de la fosa, aunque no dio más detalles. Sin embargo, Murillo aseguró que su dependencia no tenía a ninguna persona arrestada.
Cerca de 10 familiares de los desaparecidos entraron al lugar donde el procurador capitalino estaba por ofrecer la rueda de prensa.
«Venimos a que nos informen primero a nosotros, que somos la parte afectada, y después a ustedes», dijo Eugenia Ponce, quien se identificó como tía de Jerzy Ortiz, uno de los jóvenes desaparecidos.
Poco después, María Teresa Ramos, abuela de Jerzy, dijo a Milenio TV que aún tienen esperanza de que estén vivos y que los últimos tres meses han sido de angustia. «Diariamente nos vamos muriendo poco a poco», afirmó.
Estamos «pensando en que no sean y que todavía los encontremos con vida», acotó.
Las autoridades han pasado casi tres meses buscando a los jóvenes, que desaparecieron a plena luz del día el 26 de mayo a sólo una cuadra del concurrido Paseo de la Reforma de la capital.
Autoridades locales y federales establecieron un perímetro de seguridad de más de un kilómetro alrededor del sitio de la excavación, donde se podían ver vehículos de la Procuraduría General de la República.
El terreno es propiedad privada, dijo a la AP un trabajador de una zona vecina que dijo no poder dar su nombre. El rancho está bardeado y rodeado por árboles pinos y robles.
Ricardo Martínez, abogado de algunos familiares de los jóvenes, dijo temprano a la AP que autoridades estatales y federales le notificaron que 13 cuerpos fueron encontrados en un rancho al sureste de Chalco. Martínez dijo que un sospechoso del caso llevó a las autoridades a dos fosas donde estaban los cuerpos.
La principal hipótesis de las autoridades es que el rapto fue resultado de una disputa entre dos grupos rivales de narcomenudeo en el barrio popular de Tepito, de donde son originarios la mayoría de los 12 desaparecidos.
Tepito, en el centro de la capital, es considerado uno de los vecindarios más peligrosos de la urbe y el principal mercado de comercio ilegal de la ciudad.
En junio, una asociación civil de la capital anunció una recompensa máxima de unos 751.000 dólares a quien ofreciera información que permitiera localizar a los jóvenes.
Hasta ahora seis personas han sido arrestadas en el caso, incluido el propietario del bar, Ernesto Espinosa «El Lobo», quien enfrenta un proceso por secuestro.
Entre los detenidos está otro copropietario del bar, un chofer y un guardia de seguridad.
* Foto de Portada: Policías municipales custodian la entrada al Rancho La Mesa, donde las autoridades encontraron una fosa clandesttina en el municipio de Tlalmanalco, México, el jueves 22 de agosto de 2013. (Foto AP/Iván Pierre Aguirre)

