Mujica defiende la integración regional y evoca ayuda de Chávez

Montevideo, 27 ago (EFE).- El presidente uruguayo, José Mujica, defendió hoy la integración y el papel del Estado en el desarrollo, al inaugurar una planta desulfurizadora en Montevideo junto con su homóloga argentina, Cristina Fernández, una obra construida con la ayuda del fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez, según dijo.

En su discurso, realizado en la refinería de La Teja de la empresa pública uruguaya de hidrocarburos Ancap, el mandatario, de 78 años, reclamó la vigencia del papel del Estado como herramienta «fundamental» en la «estrategia de desarrollo».

Además, apuntó a la unión entre los países de la región como una estrategia imprescindible para sobrevivir en el mundo actual.

«La globalización está allí, una pequeña nación como la uruguaya casi no existe para el presupuesto de una gran empresa. Y por eso está la inteligencia de juntarnos a pesar de todos los pesares. Nosotros somos una gigantesca familia que ha construido un montón de países porque fracasó en su intento de construir la nación», añadió.

Mujica se felicitó por la construcción de la planta que se inauguró este martes y que fue realizada por la empresa AESA, subsidiaria de la argentina YPF, con una inversión cercana a los 360 millones de dólares.

El mandatario recordó que Uruguay pudo obtener los fondos para construir la planta gracias a la generosidad del fallecido presidente Chávez, cuyo «sistema de crédito benigno» permitió al país acumular los recursos para esa inversión.

«Es absolutamente necesario (integrarse) para ser alguien en el concierto universal. Lo que está construyendo la Unión Europea, China, la India, Estados Unidos y Canadá, ese es el mundo con el que hay que negociar y no podemos hacerlo divididos», enfatizó.

En cuanto al papel del Estado, Mujica destacó que su rol como impulsor del desarrollo no debe quedar atascado en los problemas burocráticos ni en su «decadencia clientelista, quieta» que conspiran para que no se haga cargo «de las ramas fundamentales del desarrollo del país».

Mujica insistió en que «el esfuerzo social de un país subdesarrollado, si no tiene un Estado vigoroso, no va a ningún lado» y que sin él, esas naciones son «un juguete del mundo contemporáneo».

De este modo, pidió a los críticos del proyecto de la planta desulfurizadora que entiendan «que no es una refinería para la izquierda ni para la derecha, sino para el pueblo uruguayo».

En una referencia aparente a la polémica suscitada en su país con motivo de la visita de Fernández, que recibió como distinción las llaves de la ciudad de Montevideo en medio de críticas de la oposición, Mujica indicó que lo que los argentino «han sembrado en el país» es «inconmensurable».

«Son malos tiempos porque son preelectorales y se calientan naturalmente y se dicen cosas lamentables e inoportunas», agregó el presidente de Uruguay.

El mandatario reconoció que los conflictos con el país vecino son «inevitables», si bien insistió que «se negocian y se sigue para adelante», pues a ambas orillas del Río de la Plata hay «un patrimonio de intereses comunes gigantesco». EFE

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