Piñera dice que hubo cómplices pasivos de la dictadura de Pinochet

SANTIAGO, Chile (AP) — El presidente Sebastián Piñera aseguró que muchos fueron responsables de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar de Augusto Pinochet y que hubo cómplices pasivos bajo el régimen instaurado tras el golpe que derrocó al presidente socialista Salvador Allende hace casi 40 años.

Piñera formuló sus declaraciones en una entrevista exclusiva publicada el sábado en el diario La Tercera, de Santiago con motivo de cumplirse el próximo 11 de septiembre un nuevo aniversario del golpe de estado de 1973.

El gobernante destacó en la entrevista que la introducción de la economía social de mercado fue uno de los logros en los 16 años y medio que duró la dictadura.

Sin embargo, adujo que el régimen militar tuvo «sombras» y muchos responsables de las violaciones a los derechos humanos cometidas, entre ellos, por «las máximas autoridades del gobierno militar, que sabían o debían saber lo que estaba ocurriendo», dijo Piñera.

«Pero no solamente ellos. Hubo muchos que fueron cómplices pasivos, que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada», añadió, sin dar nombres.

«También hubo jueces que se dejaron someter y que negaron recursos de amparo que habrían permitido salvar tantas vidas, y también periodistas que titularon sabiendo que lo publicado no correspondía a la verdad», expresó, sin identificar a nadie.

Consultado respecto a si hay cómplices pasivos trabajando en su gobierno, Piñera dijo que ninguno de sus ministros fue ministro en la dictadura, aunque reconoció que algunos de sus ministros fueron autoridades políticas de la época. En efecto, hay ex subsecretarios de ministerios y ex funcionarios de mandos medios del gobierno castrense. Sin embargo, expresó que «el hecho de haber trabajado en el gobierno militar, de buena fe, con buena voluntad y el mejor interés por Chile, no constituye una descalificación ni prohibición para seguir ejerciendo cargos de servicio público».

El mandatario que encabeza un gobierno que define como de centro-derecha dijo que el golpe militar fue producto de «responsabilidades compartidas» de la clase política de entonces y no exclusiva de los militares.

Señaló que la Unidad Popular, la coalición gobernante de Allende, intentó establecer un modelo de sociedad marxista, «que no era compartido por la inmensa mayoría de los chilenos» y que, posteriormente, «la sensatez fue dejando lugar a las pasiones; el respeto, a la intolerancia; el diálogo, a la violencia; la amistad cívica, al odio de clases».

En tácita alusión a sectores izquierdistas de la época dijo que «introdujeron la violencia como medio legítimo de lucha y despreciaron la democracia». Pero añadió que nada justifica los «graves, reiterados e inaceptables atropellos a los derechos humanos» ocurridos tras la dictadura instaurada por los militares.

El régimen militar dejó un saldo parcial de más de 40.000 víctimas, 3.200 de ellas fatales. Aún permanecen desaparecidos más de 1.000 opositores.

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