Rivadeneira critica en Ginebra a la «envejecida» clase política de Europa

Ginebra, 11 oct (EFE). La primera mujer en presidir la Asamblea Nacional de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, es también la persona más joven en asumir, con solo 29 años, este cargo en toda Latinoamérica. Una vez sorteadas las barreras de edad y género, su nombre suena como posible sucesora del presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

Elude esta cuestión y, con una media sonrisa, asegura que lo «único» que le preocupa, «como mujer joven», es seguir trabajando, ahora desde su posición al frente del poder legislativo, para «profundizar» en la «revolución ciudadana» que vive Ecuador.

«Esta revolución ha permitido crear espacios para que los jóvenes participemos y demostremos que podemos y queremos involucrarnos en la toma de decisiones», aseveró Rivadeneira en una entrevista a EFE en Ginebra, donde ha estado esta semana en la asamblea general de la Unión Interparlamentaria.

Este cambio social se refleja en la composición de la Asamblea que salió de las urnas el pasado mayo, donde, según destaca con orgullo, el 40 % de diputados son mujeres, «uno de los porcentajes más altos de la región», y un 35 % de escaños de la cámara corresponden a menores de 35 años.

«Una nueva generación se está apoderando en Ecuador de la transformación y la renovación del país», subraya esta mujer que pasó de activista por los derechos de los indígenas, a reina de la belleza de Yamor, y es ahora una de las rostros visibles de Alianza País, el partido del presidente Correa.

Este recambio generacional en política es, para ella, un fenómeno progresivo que «de manera natural» se replicará en todo el mundo, pero que, de momento, está liderando el continente latinoamericano; frente a la «envejecida» clase política de Europa que ha provocado un «fuerte desencanto entre los jóvenes».

«Esa desilusión también existía en Ecuador, donde hasta hace cinco o seis años lo habitual era ver hombres mayores de cincuenta años en los cargos públicos. Era lo que inspiraba confianza», precisa.

Lejos de parecer una advenediza, Rivadeneira insiste en que lleva involucrada en política más de diez años, desde que fuera elegida, con sólo 19 años, concejala de Otavalo, su ciudad natal en el norte del país; pero ya, desde los 14, empezó a militar en partidos de izquierda y en movimientos estudiantiles.

«Luché y protesté en la calle para que la voz del pueblo ecuatoriano se escuchara en cuestiones como la presencia militar de una potencia extranjera en nuestro territorio o la negociación de ciertos tratados de libre comercio», rememora.

En los cinco meses que lleva al frente de la Asamblea Nacional, ya presume de triunfos parlamentarios, como la aprobación la Ley de Víctimas o la de Comunicación, a la que describe como «un hito en la historia de Ecuador porque va a permitir la democratización de la palabra, dar voz a colectivos tradicionalmente ignorados por el monopolio de los grandes medios».

Sin embargo, su proyecto «más ambicioso» es avanzar en leyes que impulsen una reforma agraria, que permita un mejor reparto de la tierra, la tecnificación del campo, la recuperación de cultivos andinos olvidados y la promoción de la soberanía alimentaria.

«Lo que me preocupa es qué país estamos construyendo. Qué tipo de leyes estamos creando para hacer de Ecuador el país del buen vivir, una tierra de oportunidades«, insiste. EFE

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Entrevista de Sara Gómez Armas, de EFE. Encuentro con el Comité de Naciones Unidas sobre los derechos del niño, en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), Ginebra, Suiza. Foto de Diego Vela, colgada en la página de Facebook de Rivadeneira.

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