Kenia y el terrorismo

Alberto Molina

Alberto Molina
Quito, Ecuador

Kenia es un país africano conocido por las hazañas de sus atletas y que tiene hermosos parques nacionales que son visitados por miles de turistas. Limita al norte con Etiopía, al este con Somalia y el océano Indico, al sur con Tanzania,  al oeste con Uganda, al noroeste con Sudán del Sur. El lago Victoria está situado al suroeste y comparte con Uganda y Tanzania.

Kenia, como la mayoría de los países africanos, sufrió el coloniaje extranjero, en este caso de Inglaterra de la que se independizó en 1964; tampoco ha estado libre de inestabilidad política, de gobiernos autoritarios y de  corrupción.

Hace pocos días fue noticia su capital porque hizo presencia la sanguinaria organización terrorista Al Qaeda, a través de uno de sus grupos afines denominado Al Shabab; este grupo terrorista se tomó por asalto el centro comercial Westgate de Nairobi, este drama sangriento terminó con más de 70 muertos.

Al Qaeda es una organización yihadista, que estaba liderada por el tristemente célebre Osama bin Laden; a su muerte, sigue operando en varios países con sus seguidores fanáticos a través de células, se rige por un patrón perfectamente identificado y que resulta eficaz para sus objetivos: minuciosa planificación, vocación suicida y búsqueda del mayor impacto mediático posible.

Con el nombre de yihadismo se identifica a las ramas más violentas y radicales dentro del islam político, caracterizadas por la frecuente y brutal utilización del terrorismo, en nombre de una supuesta yihad (obligación religiosa de los musulmanes). La yihad tiene dos manifestaciones: la «yihad menor», la lucha externa y la «yihad mayor», que es el esfuerzo que todo creyente debe realizar para ser mejor musulmán.

Este atentado sería una represalia porque tropas de Kenia y de otros países miembros de la Unión Africana, han intervenido en Somalia contra las milicias yihadistas de Al Shabab, brazo armado de los Tribunales Islámicos que llegaron a controlar casi todo el país y que fueron expulsados en 2007. También Uganda, otro país que intervino con tropas en Somalia, sufrió un sangriento atentado en su capital Kampala en 2010, acto terrorista perpetrado por Al Shabab, el saldo fue 76 muertos.

Aún no terminan de resonar los tiroteos y las explosiones en Nairobi; en Yemen, un grupo terrorista, con seguridad se trata de una rama yemení de Al Qaeda, se tomaron a sangre y fuego una importante base militar.

Lo ocurrido obliga a no bajar la guardia y a reforzar las medidas para combatir a los terroristas, porque  ahora fue Nairobi -como Nueva York en 2001, Madrid en 2004 y Londres en 2005-. Se  nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz. El  hecho es que los fanáticos dominan el Islam.

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