Corea del Norte repatría a seis ciudadanos al Sur en un gesto sin precedentes

Seúl, 25 oct (EFE).- Corea del Norte repatrió hoy a seis ciudadanos surcoreanos que accedieron al país comunista presuntamente de forma ilegal, en un gesto histórico sin precedentes que podría contribuir a la mejora de las relaciones bilaterales.

Los seis surcoreanos fueron trasladados por las autoridades del régimen de Kim Jong-un hasta la militarizada Aldea de la Tregua de Panmunjom en la frontera del paralelo 38 que divide a ambas Coreas, donde cruzaron la línea que divide el Norte y el Sur a las 16.50 hora local (07.50 GMT).

«Es la primera vez que los norcoreanos devuelven a ciudadanos del Sur a través de Panmunjom», confirmó a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl.

El Gobierno de Seúl reveló los apellidos -Kim, Song, Yoon, Lee, Jung y Hwang- de los ciudadanos, todos ellos hombres, que hoy cruzaron de vuelta al país procedentes del Norte y también sus edades, que oscilan entre los 27 y 67 años.

Además, confirmó que los seis poseen la nacionalidad surcoreana y que accedieron al país vecino «por voluntad propia», además de descartar que fueran víctimas de los centenares de secuestros de ciudadanos en las últimas seis décadas que el Sur atribuye al Norte.

Sin embargo, de momento las autoridades de Seúl no han revelado la identidad completa de estos ciudadanos que cruzaron al Norte ni tampoco cuándo lograron acceder a territorio norcoreano, qué ruta tomaron, cuánto tiempo permanecieron allí o cuáles eran sus motivaciones.

Mientras estas cuestiones permanecen como incógnitas hasta que se revelen nuevos detalles en los próximos días, los medios de comunicación locales formularon mayoritariamente la hipótesis de que los seis surcoreanos accedieron al país vecino desde China, que comparte una larga frontera terrestre con Corea del Norte.

El diario Chosun fue más allá al afirmar que los protagonistas eran misioneros cristianos que supuestamente habrían entrado en Corea del Norte para llevar a cabo labores de evangelización, algo prohibido por el régimen comunista de Kim Jong-un.

En todo caso, son los servicios de inteligencia de Seúl quienes de momento custodian a los recién llegados, que desde las próximas horas se someterán a un interrogatorio para resolver todas las incógnitas del caso y determinar si es necesario que tomen cartas en el asunto el Gobierno o la fiscalía surcoreana.

De confirmarse que los ciudadanos hoy repatriados accedieron ilegalmente al país vecino sin autorización de Seúl, podrían enfrentarse a cargos judiciales por violar la Ley de Seguridad Nacional surcoreana, que prohíbe a sus ciudadanos pisar territorio del Norte sin obtener previamente un permiso especial.

A la espera de que se conozcan más datos, el Gobierno surcoreano también ofreció una cauta valoración de los hechos, al expresar su «satisfacción», en palabras de la portavoz de Unificación, por el inusual gesto de Pyongyang.

Expertos locales creen que la repatriación de los seis surcoreanos llevada hoy a cabo por Pyongyang puede contribuir a la mejora de las relaciones bilaterales, que actualmente permanecen estancadas después de que ambos lados experimentaran una prometedora fase de distensión durante el verano.

Esta etapa de aparente reconciliación culminó en septiembre con la reapertura del complejo industrial conjunto de Kaesong tras cinco meses de cierre, aunque después ambos países fracasaron a la hora de reactivar otros proyectos en común.

Corea del Norte y Corea del Sur permanecen técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea (1950-53), que finalizó con un armisticio nunca sustituido por un tratado de paz definitivo. EFE

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