«En últimas lo que pretendo hacer (en el Congreso) es seguir defendiendo los derechos humanos, que es lo que sé hacer», dijo Alirio Uribe, quien por 23 años y hasta la jornada fue miembro del no gubernamental Colectivo de Abogados «José Alvear Restrepo».
Uribe, un abogado de 53 años, comentó telefónicamente a The Associated Press que la decisión de postularse a la Cámara de Representantes por el izquierdista partido Polo Democrático Alternativo obedeció a que se vislumbran «escenarios políticos interesantes» como «la posibilidad de finalizar el conflicto armado» con las negociaciones que adelantan desde hace un año en Cuba delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A las votaciones legislativas, en las que se elegirán 165 representantes a la Cámara y 102 senadores por un período de cuatro años, ya se han postulado el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), el ex ministro del Interior Horacio Serpa (1994-1997), así como el ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus, todos al Senado y por distintos partidos y grupos.
Al final de la jornada el oficialista Partido Social de Unidad Nacional o Partido de la U, del presidente Juan Manuel Santos, informó en su cuenta de Twitter las candidaturas del ex comandante de las fuerzas militares, Freddy Padilla de León (2006-2010), y el ex futbolista Carlos «El Pibe» Valderrama, considerado para muchos el mejor jugador colombiano, capitán de la selección nacional de 1987 a 1998 y participante en tres mundiales, en 1990, 1994 y 1998.
«General Freddy Padilla de León y Carlos «el Pibe» Valderrama dos nuevos Alfiles del partido de La U trabajaran por seguridad y deporte», indicó en la red social el partido, que en la jornada celebra una reunión con la asistencia del mandatario y discutiendo postulaciones al Congreso.
Analistas como Pedro Medellín han destacado que en caso de que todos esos candidatos llegaran al Legislativo mejoraría la calidad de las deliberaciones debido a la experiencia que tienen, pero ello no necesariamente redundará en que mejore el ejercicio de la política colombiana, vista en general como un campo de clientelismo.