La negociación nuclear con Irán entra en una nueva fase

Viena, 9 abr (EFE).- Las negociaciones nucleares entre Irán y seis grandes potencias mundiales han entrado en una nueva fase, en medio de la cautela y de advertencias de que no será fácil firmar un acuerdo que ponga fin a un litigio que dura ya más de una década.

Sin dar más detalles, la responsable de la política exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, anunció hoy en Viena, al cabo de dos días de intensas conversaciones con Irán, que en esta próxima etapa del diálogo multilateral se tratará de «tender puentes sobre las diferencias en todos los aspectos clave».

«Se necesitará mucho trabajo intenso para superar las diferencias que, naturalmente, aún existen a estas alturas del proceso», agregó la coordinadora del llamado G5+1, grupo formado por los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) más Alemania.

Un alto funcionario estadounidense reconoció hoy en la capital austríaca que las posiciones siguen muy alejadas y afirmó que «no está claro si se podrán superar las diferencias».

«Que nadie crea que un acuerdo es inminente o que será fácil (alcanzarlo). No vamos a correr hacia un mal acuerdo. Ningún acuerdo es mejor que cerrar un acuerdo malo», añadió la fuente bajo la condición del anonimato.

Otro problema que podría entorpecer el pacto final es un posible acuerdo petrolero de Irán con Rusia, lo que socavaría el actual régimen de sanciones internacionales contra la República Islámica.

La próxima ronda de las negociaciones se celebrará a partir del 13 de mayo, de nuevo en Viena, para cuando se esperan los primeros detalles de lo que estaría incluido en un posible acuerdo final.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, dijo hoy a la prensa iraní en Viena que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo el 20 de julio, cuando vence el plazo de seis meses acordado en un primer pacto interino, en vigor desde el pasado 20 de enero.

En todo caso, Zarif señaló que «no sería un desastre» si no se alcanza ese acuerdo en julio, sino más tarde.

Los puntos más controvertidos son cuántas centrifugadoras de enriquecimiento de uranio Irán puede mantener y qué hacer con las reservas iraníes de ese material, utilizable para fabricar bombas.

Además, sigue la incógnita sobre el futuro del reactor de agua pesada de Arak, en construcción y con eventual capacidad de producir plutonio, otro material que tiene posible uso militar.

Según explicó a Efe por correo electrónico el analista Michael Adler, del Instituto Woodrow Wilson de Washington, sigue habiendo «un profundo desacuerdo» entre las partes.

«Irán ofrece más verificaciones para garantizar que su programa nuclear es pacífico, mientras que Estados Unidos y otros exigen desmantelar parte del programa nuclear iraní y reducir de forma significativa sus capacidades», resumió el experto la dificultad que afrontan los negociadores en los próximos meses.

Occidente teme que, bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil, la República Islámica pueda hacerse con los conocimientos y los materiales para fabricar armas atómicas.

Teherán rechaza estas alegaciones y asegura que sus intenciones son solo pacíficas, como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer.

Israel, que se siente amenazado por las actividades nucleares de Irán, no descarta un ataque militar para neutralizar el programa atómico de la República Islámica. EFE

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