Cada Miércoles Santo, las melodías fúnebres de Chopin marcan el ritmo de un centenario ritual que se realiza en La Catedral. Se trata del arrastre de caudas, una ceremonia religiosa que sólo se realiza en Quito. En Lima (Perú) y Sevilla (España) se dejó de practicar este acto en el que los canónigos visten hábitos aterciopelados, gigantescas capuchas que esconden sus rostros y arrastran las caudas (capas) que tienen unos cuatro metros de largo y que guardan una leyenda lúgubre. Se dice que quien las toca muere al cabo de un año.
La oscuridad que predomina en La Catedral completa el ambiente de la ceremonia en la que se guarda luto por la muerte de Jesucristo. Durante este acto se expone el ‘Lignum Crucis’ o El Santísimo, posiblemente la mayor reliquia cristiana que existe en Ecuador. Es una joya de oro y piedras preciosas que lleva incrustados fragmentos de la cruz donde el hijo de Dios fue crucificado.
La Catedral, que fue fundada en el siglo XV, tuvo un origen humilde, las paredes eran de barro y la cubierta de paja, pero luego se convirtió en el templo mayor del gobierno del clero secular y de los arzobispos, obispos y otras dignidades eclesiásticas.
-Vídeo relacionado